La iniciativa recibió el visto bueno del Senado y ahora volverá a la Cámara de Representantes donde decidirán si finalmente se convierte en ley.
El Senado del estado de Florida, en Estados Unidos, avanza sobre un proyecto de ley que prohíbe el uso de redes sociales a menores de 16 años para proteger su salud mental. La iniciativa fue criticada por el gobernador republicano Ron DeSantis quien busca introducirle algunas modificaciones.
El texto fue aprobado con 23 votos a favor y 14 en contra y tiene que volver a la Cámara Baja ya que tuvo varias modificaciones respecto a su versión anterior.
En caso de recibir la aprobación de ambas Cámaras, las redes sociales tendrán que impedir que los menores de 16 años puedan crearse cuentas en las plataformas y cerrar todas aquellas que se hayan creado con anterioridad. Para hacer esto, tendrán que usar estrictos métodos para verificar la edad de los usuarios.
Hoy en día, la mayoría de las redes sociales exigen una edad mínima de 13 años para abrir una cuenta, aunque no hacen mucho por garantizar que se cumpla con esta regla.
La iniciativa no refiere a ninguna plataforma en particular pero sí hace hincapié en aquellas que rastrean la actividad de los usuarios, permiten subir contenido, seguir a otras cuentas y tienen un diseño con características adictivas.
Disputa en el Senado de Florida por la regulación de las redes sociales
“Estamos hablando de negocios que usan funciones adictivas para manipular masivamente a nuestros niños y causarles daño”, declaró este jueves la impulsora de la ley, la republicana Erin Grall.
A pesar de haber logrado la aprobación en el Senado, muchos legisladores argumentaron en contra de la iniciativa al alegar que, aunque las redes sociales puedan tener riesgos para los niños y niñas, es responsabilidad de sus padres vigilar qué uso le dan a esas plataformas.
Esta fue la posición respaldada por el gobernador DeSantis, quien remarcó: “Uno puede decir que desaprueba o prohíbe (las redes sociales) para quienes tienen 14 o 15 años, pero los padres tienen derecho a opinar”, declaró.
En varias oportunidades, el mandatario ya remarcó que los padres debían tener un mayor control sobre las decisiones que afectan a sus hijos, por ejemplo en la enseñanza.
Otros críticos de la ley también consideraron que vulneraría la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza la libertad de expresión.