El primer Sapukái elevó las expectativas y con la tradicional bendición de la Virgen de Itatí, se hizo un emotivo homenaje a Alfredo Ellero. La propuesta del ballet le dio un marco colorido y las primeras presentaciones artísticas llenaron de nostalgias al anfiteatro Cocomarola.
Todo aquello que alienta el espíritu, envuelto en un pañuelo de emociones y recuerdos fue el ambiente vivido en la jornada inaugural, el primer sapukái, de la 34° Fiesta Nacional del Chamamé y 20 del Mercosur que volvió a acariciar el corzaón de los chamameceros. El anfiteatro Cocomarola mostró un marco de público interesante ayer, celebración que inició con la tradicional bendición de la Virgen de Itatí que ingresó en manos de Juan Carlos Torres, el sobrino del recordado Alfredo Ellero, el recordado promesero que inauguraba la fiesta a caballo.
Un clima cálido, bajo un manto de estrellas y a la luz de una luna del “Taragüí”, que volvió a brillar con más intensidad, como sucede en cada inicio de la celebración mundial del chamamé, que hasta el 26 de enero se llenará de cultura y tradición.
“Estamos felices de poder disfrutar de esta fiesta, que como dijo el gobernador (Gustavo Valdés) recién, esta celebración nos permite disfrutar del encuentro, del abrazo de la enchamigada”, expresó a época la presidente del Instituto de Cultura Beatriz Kunin. En este punto agregó que es importante que el público viva y sienta esta fiesta desde lo conceptual. “Que este avío nos permita vernos como correntinos y chamamecerospara que este año que iniciamos podamos estar más unidos”, refirió.
una comitiva de 50 brasileños que llegaron exclusivamente para la fiesta. “Venimos a cargarnos de chamamé, estamos emocionados venimos hace 10 años y cada vez somos más brasileños, este año vinimos en un colectivo para disfrutar la fiesta”, dijo a época Desidero, que llega desde Campo Grande (Mato Grosso do Sul).
La fiesta inició ayer puntualmente a las 21hs, donde pañuelos en alto el público desde los bancos del anfiteatro y el ballet oficial desde el escenario recibía la imagen peregrina de Itatí. “Alfredo Ellero nos legó esta tradición, de recibir a nuestra madre de Itatí y que bajo su bendición podamos vivir con alegría esta fiesta”, expresó la locutora Miryan Fleitas desde el escenario mientras que la pantalla mostraba una imagen del fallecido promesero, que cabalgó todo el país junto a la imagen de la virgen de Itatí.
Tras la presentación de las bailantas chamameceras, que llenó el escenario Osvaldo Sosa Cordero, se realizó las palabras de bienvenida a cargo del padre Antonio Rosi. Luego actuó el grupo que integra, De Buena Fe, con un rosario de chamamé que tocaron la fibra sensible de los chamamecerios. La noche continuó luego con otros artistas, grupo San José la Orquesta Folclórica de la Provincia y un merecido homenaje al destacado bandoneonista Paquito Aranda.
Al cierre de esta edición se preparaba para subir al escenario el músico curuzucuateño Juancito Güenaga.
Esta noche inicia la segunda jornada de celebración desde las 20hs, las puertas del anfiteatro se abrirán a las 19 y el público podrá adquirir sus entradas en puerta con valores de 7mil pesos, con límite de ingreso hasta las 21,30, y sin límites a 9 mil pesos. Hay un sector preferencial con un valor de 13 mil pesos.
Apostillas
Hay cosas para decir, si bien el inicio de la denominada celebración mundial fue emotivo, hay cuestiones que llaman la atención, en el predio del anfiteatro Cocomarola. Una de ellas fue encontrarse ayer con la prueba del sonido, minutos antes del inicio de la Fiesta del Chamamé, con canciones de rock. Mientras que público aguardaba ingresar, se escuchaba desde los parlantes canciones de Phill Collins o del reconocido grupo AC/DC. “Por qué no prueban con un chamamé, capaz hasta le guste”, ironizó un espectador ni bien ingresó al predio.
Otra de las cuestiones que llamó la atención fue la colocación de un camión de móvil de una reconocida radio ubicada en una zona sensible del anfiteatro. Justamente la inauguración oficial de las obras, a cargo del gobernador Gustavo Valdes, se realizó de manera incómoda al costado de dicho acoplado. Es una zona de ingrese y egreso y dificulta el tránsito tanto del público como del personal de producción.
Por otra parte, una gran alegría tuvieron los primeros grupos chamameceros cuando en primera fila se lo vio a Julio Cáceres de Los de Imaguaré que llegó temprano para disfrutar del inicio de la jornada.