Inhibidores de Pique

Inhibidores de Pique
Dentro de las condiciones que influyen en la vida de los seres vivos, que pueden ser muchas y de variados orígenes, existen factores determinantes que influyen con sus condiciones cambiantes sobre la vida del planeta y, dentro de este amplio espectro, en la del pez y la voracidad de éste cuando decide alimentarse. Dentro de estas condiciones podemos nombrar:

El clima
A ) La presión atmosférica (barométrica) es indudablemente la principal causa de la inestabilidad y los cambios en la conducta alimentaria de los animales acuáticos, fundamentalmente los de aquellos que viven sumergidos. A menor presión se sienten más cómodos más cerca del fondo y a mayor presión lo hacen cerca de la superficie.
B ) Cambios bruscos de temperatura o los extremos de la misma. Esto hace que el pez se desoriente y reaccione tomándose su tiempo para adaptarse al medio. Con mucho frío se aletarga (aún las especies de aguas frías) disminuyendo su necesidad de alimentación y con calor se reactivan (aún las especies de aguas cálidas) y se vuelven más voraces.
C ) Modificación de la luz diurna. Hace que los hábitos horarios de alimentación se modifiquen a medida que las horas solares vayan aumentando o disminuyendo. Esto es, en contraposición a los cambios bruscos, un proceso más lento pero irreversible.
D ) Las precipitaciones si son sorpresivas o fuertes, hacen que los peces se muevan en su habitat de otra manera debido a una mayor oxigenación haciendo en algunos casos y con determinadas especies que éstas se acerquen a la superficie más de lo acostumbrado.
E ) El viento, sea cual fuere su intensidad, actúa sobre el comportamiento de algunas especies, al igual que la lluvia, oxigenando la superficie del agua. Su fuerza determinará si el pez se «acomoda» hacia arriba o hacia abajo.
F ) La intensidad de la luz solar. Esto determinará que clase de carnada o artificial usar dado que la visión del pez es «invertida» con respecto a la nuestra y distinguir el engaño en el agua dependerá de la luminosidad y su reflejo en el anzuelo.
G ) Tormentas. Estas cambian la forma de moverse del pez en el agua condicionando sus movimientos y costumbres antes, durante y después de su desarrollo en el ambiente, haciendo en muchos casos que especies como el congrio se las logre capturar en relación a su aparición o desaparición (con el congrio tenemos un claro ejemplo).
H ) Cambios originados por los movimientos solunares. Esta variable modifica los mecanismos de alimentación de los peces, que se rigen por los movimientos gravitacionales combinados entre la luna y el sol, generando hábitos de comportamiento alimenticios muy específicos. Esto no solo influye en la vida de los peces mayores sino que lo hace con la de las especies forrajeras teniendo que adaptarse los ictiófagos a estos nuevos comportamientos de su «alimento» arrastrados por estas circunstancias.

La selección del cebo
A ) Estamos intentando pescar con el cebo (o artificial) equivocado. Este error puede estar comprendido dentro del tamaño, el «sabor» o el color entre otros. Las condiciones estarán dadas entre otras por la forma en que el pez está tomando el alimento.
B ) En el caso de que la pesca la hagamos en alguna modalidad con el cebo «en movimiento» (spinning, trolling, bait cast, etc.) puede ser que estemos imprimiendo a éste un movimiento inadecuado que desentona con el medio. Esto puede estar dado por una incorrecta velocidad, profundidad o por movimientos deficientes o demasiado monótonos.
C ) La luz en el agua puede estar reflejando de mala manera el engaño. A poca luz los cebos deberán ser oscuros y a mucha luz deberán ser claros. Un ejemplo común (que no cumple con estos preceptos) es el lengue – lengue. Esta pesca tendrá mucho mejor resultado si decidimos hacerla en un día con sol. De no ser así la cuota estará condicionada a la suerte.
D ) La saciedad del pez en un ámbito con mucho alimento hace que éste sea selectivo. Esto disminuirá las posibilidades de ser engañado al intentar que tomen nuestros cebos.
E ) Proceso de aprendizaje denominado «white noise». Los peces aprenden a evadir los cebos (naturales o artificiales) cuando se los somete a una pesca intensiva o cuando los engaños le han provocado daño.

El ambiente y la dirección de los lances
A ) Los lances deben ser certeros en cuanto al lugar elegido para la pesca. Muchas veces (si usamos artificiales) debemos variar el lugar donde haremos caer el engaño para testear las posibilidades de pesca. En estos casos el «white noise» que sufre el pez influye negativamente en el pique.
B ) Entrar o no en el agua. No es lo mismo pescar desde la orilla o una embarcación o entrar al agua para vadear. en estos casos todos los cuidados que tomemos para no incomodar a los peces resultarán pocas. Esto nos permitirá probar pescar desde diferentes sitios y con diferentes direcciones con respecto a la costa o a los veriles o pozones.
C ) Nivel equivocado de la frecuencia de los lanzamientos o de permanencia del cebo natural en el agua. Esto está condicionado por diferentes razones: Si mantenemos la carnada natural demasiado tiempo en el agua esta perderá efectividad. Si lanzamos y recogemos a cada rato estaremos alterando el ambiente y si trabajamos con un señuelo lanzar demasiado poco o mucho no será nunca lo correcto.
D ) Acercamiento incorrecto del pescador al ámbito. Mucho ruido, mucha altura o mucha «sombra tirada» sobre el animal será seguramente la razón de un rotundo fracaso o de una pesca pobre. La detección del peligro por parte del pez generará una reacción inapropiada para el logro de las capturas.
E ) Perturbaciones en el agua. Estas activan los mecanismos de auto protección del pez. Estas perturbaciones pueden provenir de sonido, vibración, luminosidad, sombras, movimientos violentos del pescador o del cebo, etc.
F ) Presencia de depredadores naturales en la zona. En nuestro caso en particular (aguas interiores) la presencia de nutrias, por ejemplo, puede hacer que los peces se escondan o huyan anulando sus necesidades de tomar alimento. En el caso de la pesca en el mar, la presencia de tiburones, de especies mayores o de ejemplares de su misma especie si son caníbales, hará «correr» al cardume.
G ) Un bajo nivel de especimenes debido a la utilización de artes de pesca no deportivas o a una alta presión de extracción hará disminuir las posibilidades de que los peces («asustados permanentemente») intenten alimentarse de engaños artificiales.
H ) La distribución del forrajerío y/o alimento mayor en el ambiente influirá en nuestros resultados si los intentos no están siendo acordes a la naturaleza del pez. Si estamos pescando pejerreyes en una zona playa y las mojarras están en lo profundo entre las plantas será difícil engañarlos, si es que están allí.

Condiciones del agua
A ) Aguas sucias: la poca visibilidad hace que el pez dependa de las vibraciones para detectar el cebo. Esta condición limita la actividad que podamos inducirle al pez.
B ) Condiciones químicas inapropiadas del agua que hace que el pez se mueva en su habitat más o menos agresivamente. Su organismo cambia radicalmente debido a las modificaciones del ambiente en el que vive.
C ) Las infecciones parasitarias, que pueden o no ser causadas por agentes ajenos al ambiente, modifican y disminuyen las ansias de comer de cualquier animal. Incluyendo los peces. Lo mismo ocurre con enfermedades provenientes de virus, bacterias, u hongos, que provocan debilitamiento disminuyendo también las «ganas de comer».

Perturbaciones ajenas al ámbito
A ) Luces y sombras, ruidos, clima vibraciones del agua por causas externas pueden modificar la conducta del animal.
B ) Hora equivocada. Esto tiene que ver tanto con los hábitos alimenticios como con la temperatura del agua y con la especie que estemos tratando de capturar. No es lo mismo una tararira al mediodía que un pejerrey a esa hora.

Temporada de reproducción
A ) El nivel hormonal alcanzado disminuye la atención del pez por ingerir alimentos reemplazando esta necesidad por la del ciclo de la reproducción.