“Pese a sus problemas de salud”
El pontífice ingresó a la Basílica de San Pedro en silla de ruedas, tras más de un mes padeciendo bronquitis y gripe en forma intermitente.
Este Jueves Santo, el papa Francisco celebró la Misa Crismal en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, junto a miles de fieles, cardenales, obispos y sacerdotes que renovaron sus promesas hechas en el momento de la Sagrada Ordenación.
El pontífice, quien fue ingresado al histórico templo en silla de ruedas, lleva más de un mes padeciendo bronquitis y gripe de forma intermitente, lo que lo había llevado a limitar sus intervenciones en público y cancelar algunas reuniones. Sin embargo, pidió especialmente poder oficiar esta importante ceremonia del calendario litúrgico católico.
En una homilía que se prolongó durante 20 minutos, Francisco se dirigió a los sacerdotes, quienes tradicionalmente renuevan sus promesas de ordenación en esta fecha. “Cuánto necesitamos liberarnos de resistencias y recriminaciones, de egoísmos y ambiciones, de rigorismos e insatisfacciones, para encomendarnos e interceder ante Dios, encontrando en Él una paz que salva de cualquier tempestad. Adoremos, intercedamos y lloremos por los demás”, planteó.
El Papa cuenta con una apretada agenda este fin de semana, pese a sus inconvenientes de salud. Durante la tarde del jueves visitará la sección femenina de la cárcel de Rebibbia, en Roma, donde celebrará la misa de Coena domini del Jueves Santo y lavará los pies a 12 reclusas de este centro, como hizo Jesús a los apóstoles durante la Última Cena.
El Viernes Santo, en tanto, presidirá el Vía Crucis frente al Coliseo romano, evento en el que estuvo ausente el año pasado debido al frío, dado que ya se encontraba afectado por una bronquitis. El Sábado Santo celebrará la Vigilia Pascual y el domingo, en la plaza de San Pedro, oficiará la Misa de Resurrección y la bendición urbi et orbi.