En una institución educativa pueden convivir hasta cuatro generaciones diferentes. Las características, motivaciones y habilidades de cada una suponen un gran desafío para quienes deben coordinar el equipo
Imaginemos un salón donde Baby Boomers relatan historias y anécdotas, los Gen X intentan encontrar el equilibrio entre los cambios y la tradición, los Gen Y interrumpen el diálogo con ideas nuevas y los Centennials hacen aportes desafiantes con ideas tecnológicas. Esta imagen podría encontrarse en la sala de maestros de cualquier institución educativa ¿verdad?
Las características, motivaciones, habilidades de las nuevas generaciones que se incorporan al mundo del trabajo son una problemática actual bastante común en todo tipo de organizaciones, y las instituciones educativas no están ajenas a ella. En este espacio podemos encontra hasta cuatro generaciones conviviendo.
Desde los que dan sus primeros pasos en el ámbito educativo hasta los que están más cerca de la jubilació. Cada generación tiene fortalezas en habilidades y conocimiento, diferentes expectativas laborales, variadas motivaciones y numerosas maneras de proceder. Convivir con esta diversidad es un desafío, pero también es una excelente oportunidades de crecer.
La diversidad generacional aporta y enriquece al equipo educativo pues lo nutre de enfoques y experiencias. Estas se combinan con innovación y aprendizaje mutuo. Buscar un equilibrio es clave para poder compartir la mirada y los estilos de trabajo. Es necesario hallar estrategias que permitan que la experiencia, conocimiento, agilidad y habilidades tecnológicas se cohesionen. Hemos escuchado en más de una oportunidad (y así debería ser) docentes promoviendo la integración, aceptación y la colaboración entre sus estudiantes de diferentes realidades, capacidades y edades.
¿Por qué entonces es tan costoso trabajar en entornos laborales diversos? Los equipos de trabajo en las instituciones educativas también se enfrentan el desafío de integrar y aprovechar las diversas perspectivas y habilidades de cada generación. ¿Cómo podemos esperar que los niños acepten y valoren las diferencias si los adultos no establecen el ejemplo en nuestros equipos de trabajo? ¿Por qué nos cuesta en oportunidades estar alineados entre generaciones?
Cómo ven el trabajo las diferentes generaciones
Baby Boomers: “Trabajar es un deber sagrado, una oportunidad para construir un legado y garantizar la seguridad de nuestras familias. Uno es en cuanto es productivo. Valoramos el empleo de por vida.”
Generación X: “Trabajar es una parte importante de la vida, pero también necesitamos equilibrarlo con otras áreas de nuestra vida para encontrar la felicidad y el éxito. Buscamos relaciones transparentes y directas con la autoridad. Somos ambiciosos. Trabajamos para vivir”
Millennials: “Trabajar es una forma de encontrar significado y propósito en la vida, una oportunidad para contribuir al mundo y realizar nuestro potencial. Resignificamos la vida laboral. La idea de trabajo se transforma y orientamos a la búsqueda de placer y diversión. Somos multitarea. Queremos experiencia sin atarnos a nada”
Generación Z: “Trabajar es una oportunidad para aprender, crecer y hacer una diferencia en el mundo, utilizando la tecnología y la innovación para alcanzar nuevas alturas. Queremos empleos que impacten al mundo. No hay mundo sin conexión digital”.
Y ahora… ¿Qué hacemos con tantas generaciones conviviendo en un espacio único? Si la escuela es un entorno de aprendizaje entonces aprendamos. Comprender a qué generación pertenecen los integrantes de nuestra organización nos ayuda a:
Mejora la comunicación del equipo
– Promocional la inclusión y el respeto mutuo
– Fomenta el aprendizaje intergeneracional
– Impulsa la retención y el compromiso
– Facilita la resolución de conflictos
– Optimiza la gestión de equipos.
Así como animamos a nuestros estudiantes a aprender unos de otros deberíamos aprovechar la diversidad generacional para enriquecernos y alcanzar nuestros objetivos comunes
La convivencia presenta desafíos únicos. Es crucial construir y cultivar un espacio de respecto y aceptación.
Como bien decía mi abuela, “no todo lo viejo es malo, ni todo lo nuevo es bueno.”
* Daniela Borlenghi es licenciada en Educación y fundadora de la plataforma PickApply