Desde este lunes la prueba con el QR interoperable será en Frávega, McDonald´s y los kioscos Open 25.
Después de 2 años de negociaciones se llegó a un acuerdo entre los bancos y Mercado Pago.
En abril hubo casi 36 millones de operaciones por QR interoperable.
Desde este lunes, y en forma progresiva, los códigos QR ubicados en los comercios permitirán hacer pagos con tarjeta de crédito, de forma “interoperable”, es decir que podrán leer una credencial cargada en una billetera de distinta marca sin ningún tipo de inconvenientes.
Este cambio llega luego de una negociación que se demoró cerca de dos años entre el Banco Central y los actores del sistema financiero, fundamentalmente las entidades “tradicionales” y las fintech, encabezadas por Mercado Pago. Será un paso intermedio más hacia el “open banking” el modelo de banca abierta que funciona en distintas partes del mundo y hacia donde apunta el BCRA para la Argentina.
Serán tres las cadenas de comercios que comenzarán a aceptar estos pagos interoperables: Frávega, Mc Donald´s y los kioscos Open 25. Luego del acuerdo firmado entre Mercado Pago y los bancos el miércoles pasado y tras la norma que presentó el BCRA en su última reunión de directorio, la expectativa es que en tres semanas esta opción se extienda a todos los logares del país donde se pueda pagar vía código QR.
Hasta ahora, en los hechos los lectores QR de los 500.000 comercios de todo el país instalados por Mercado Pago aceptan pagos con tarjeta solo si la misma está cargada en una billetera de Mercado Pago, rechazando otras billeteras de las que únicamente acepta transferencias. Al mismo tiempo, todas las billeteras deberán comenzar a leer todos los códigos QR que existen, de manera que la interoperabilidad entre los distintos jugadores del mercado apuntará a ser total.
Los pagos que se realizan via el QR interoperable que impulsa el BCRA desde 2021 alcanzaron los 35,7 millones de operaciones en abril pasado, último dato recolectado por la autoridad monetaria. Dentro de este universo, más del 88,6% de los pagos son por transferencias “cuenta a cuenta” y muestran un incremento interanual de 278% en cantidad de pagos.
Según el último Informe de Pagos Minoristas del Banco Central, mientras los pagos con transferencias crecen los que se realizan con tarjetas de crédito permanecen casi estables, aunque en cantidad de uso representan la mitad de los pagos con tarjetas de débito. La última norma del Central también incluye en la interoperablidad del QR a los pagos con tarjetas prepagas, como las que emite el propio Mercado Pago y otras fintech como Uala o Lemon, que actualmente representan solo el 3% de los pagos que se realizan con plásticos.
Aunque hay más de 60 billeteras digitales inscriptas en el Registro de PSPs ( Proveedores de Servicios de Pagos) Interoperables, por ahora solo Mercado Pago y Modo son las billeteras que permiten cargar tarjetas de crédito de otras entidades.
En el sector financiero la expectativa es que la “interoperabilidad full” aumente el uso de plásticos en los pagos que se realizan desde el teléfono celular, una opción que puede resultar en tiempos más rápidos en las cajas de los comercios y que puede aumentar la posibilidad de los clientes de acceder a distintas promociones y descuentos.
Al mismo tiempo, como el Banco Central fijó la comisión máxima que puede cobrar una billetera virtual por “leer” un pago con tarjeta de crédito en 0,07 % por operación y dejó de lado la intención de Mercado Pago de “cobrar un fee” por el que los adquirentes de los comercios puedan “subirse” a su sistema, la otra expectativa es que en algunos meses aumente aún más la competencia por los pagos digitales y esto se redunde en comisiones más bajas para los comercios.
Luego de meses de una feroz disputa y conversaciones casi trabadas entre ambos jugadores, en el sector financiero destacan que la nueva normativa del BCRA puso fin a uno de los puntos más fuertes de la tensión. El Central quiere dejar de lado la dicotomía de Bancos o Fintech y avanzar en soluciones conjuntas para todo el sistema de pagos digitales, de manera de poder comenzar a delinear un escenario de Open Finance, como tienen otros países de la región entre los que se destaca Brasil.