El arquero y el delantero se sumaron al plantel luego de la Copa América. El Pulpo atajará, ¿y Miguel se mete en el 11?
Lo que desde el reduccionismo podría interpretarse como la simple vuelta de dos jugadres después de una Copa América en rigor de verdad es algo más: ni Franco Armani ni Miguel Ángel Borja se incorporaron este viernes al plantel con tal ligereza ya que por delante ambos tienen la ambición de jugar y estirar sus propias marcas en pos de favorecer a River.
Por caso, si el Armani que se reincorporó a los trabajos luego de unos días de descanso lo hizo enfocado en ponerse los guantes el próximo domingo en el Monumental fue porque entiende no sólo que la vara competitiva se elevó con la llegada de Jeremías Ledesma.
A la vez, el casildense de 37 años y cuarto arquero con más títulos en la historia del fútbol -a uno de Gianluigi Buffon- tiene en su cabeza la posibilidad de alcanzar a Gigi, con la proyección onírica de hacerlo haciéndole upa a su tercera Copa Libertadores. Y en el mismísimo Liberti.
No se aleja demasiado de la ambición del Pulpo la de su rival de ocasión en la definición en Miami: Miguel Ángel Borja, el otro representante del plantel que tuvo acción en la Copa América, se presentó en el Camp con el deseo de recuperar lo antes posible el envión goleador que lo llevó precisamente a ser considerado por Néstor Lorenzo para el torneo que se desarrolló en los Estados Unidos. Aunque está para jugar, por el momento parece difícil que entre desde el arranque.
Sus 22 goles en 25 partidos con la camiseta de River, esos que le permitieron ostentar un promedio de 0,88 por encuentro, le permiten aspirar a morder la zanahoria goleadora que persigue: la de 39 gritos en un año. Por caso, con River tiene por delante un mínimo de 24 partidos, lo que le garantizaría superar su récord si no afloja su ritmo.
En el caso de Borja, casi como si se tratara de un paralelismo con el de Armani, el colombiano tendrá una competencia de alto piné: más allá de Facundo Colidio, quien supo relevarlo en su rol alternativo de #9, la incorporación de Adam Bareiro le suma un rival a Miguel Ángel en un puesto en el que River no contaba con un ariete natural más allá del Colibrí y de un Agustín Ruberto que a sus 18 años sigue adaptándose a las exigencias de la élite.
Por lo pronto, independientemente de que la decisión la tomará en base a lo que observe en las próximas horas, Demichelis ya tiene una garantía: mientras que Armani llega con entrenamientos encima aunque sin exigencia de partidos, Borja sumó 26 minutos y un gol repartidos en dos encuentros (Panamá y Argentina) en la Copa América.
Es decir que, a no se que decida darle descanso al killer de su ciclo, ambos podrían tener su espacio cuando este domingo River protagonice su reestreno en la Liga Profesional. Con dos animales competitivos que tienen sus propios objetivos.
