La caída en el poder adquisitivo golpea al pequeño comercio que no sólo ve una merma en sus ventas por el menor consumo sino que padece los incrementos de costos fijos vinculados de los comercios como los servicios y quienes no son propietarios, el alquiler del local. El consumo de carne vacuna registró su nivel más bajo en un siglo, con una proyección anual per cápita de 44,8 kilos, según la Bolsa de Comercio de Rosario.
El cambio en el sistema de pagos, con preferencias por compras a crédito a pesar de que tengan algún recargo, suma a la preocupación ya que en muchos casos los productos se compran a corto plazo.
Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General de Almaceneros (CGA), explicó que las ventas en los almacenes cayeron un 17% en julio comparado con el mismo mes del año anterior, y un 4% respecto de junio.
“Si el cliente compra menos y se adelanta el fin de mes al día 15, nos quedan muy pocos días para trabajar y juntar el dinero necesario para cubrir los costos. En poco tiempo, nuestros negocios estarán endeudados”, señaló.
Mientras tanto, sectores clave como el lácteo, frutihortícola y cárnico enfrentan grandes desafíos para mantenerse a flote en un mercado cada vez más golpeado por la inflación y la falta de poder adquisitivo.
El sector lácteo es uno de los más afectados por la crisis: según datos del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA), el consumo anualizado de leche per cápita para 2024 podría cerrar en 156,3 litros, una caída drástica de 37 litros respecto de 2023.
Este descenso se traduce en una disminución del 18,5% en el consumo de leche no refrigerada y del 17,3% en la demanda general de lácteos durante el primer semestre del año, según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
El director de OCLA, José Giraudo, expresó cierta esperanza de recuperación a partir de la leve mejora observada en julio, cuando el precio del litro de leche entera en sachet disminuyó un 3,7%.
Sin embargo, la perspectiva para el resto del año sigue siendo incierta, y muchos productores están sufriendo las consecuencias de un mercado interno debilitado.
El impacto en el sector frutihortícola es igual de severo. Omar Carrasco, presidente de la Unión Frutihortícola de Cuyo, alertó sobre una caída del consumo de frutas y verduras de entre el 30% y el 40% en julio, agravada por el aumento de los costos de producción.