2,5 millones de jóvenes de entre 25 y 35 años viven con sus padres o abuelos
Equivalen al 38% de ese grupo de edad de la población argentina. Es una situación que persiste hace al menos dos décadas. Actualmente, el alquiler de un monoambiente equivale al 70% del salario promedio de los trabajadores más jóvenes. Algunos datos de otros países
En la Argentina, la falta de acceso a la vivienda representa un problemas persistente y desafiante desde hace varios años. Según un informe de la Fundación Tejido Urbano, unos 2,3 millones de jóvenes de entre 25 y 35 años viven con sus padres o abuelos, lo que equivale al 38% de ese grupo etario. Esta situación, que se mantiene desde hace al menos dos décadas, refleja una demanda latente e insatisfecha de vivienda y la existencia de barreras significativas a la independencia de los jóvenes.
Históricamente, el porcentaje de jóvenes sin emancipar en el país registró variaciones considerables, tal como lo muestran las estadísticas manejadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). De hecho Infobae informó días pasados que el alquiler de un monoambiente equivale al 70% del salario promedio de los trabajadores más jóvenes en la ciudad de Buenos Aires. En 2004, el 35% de los jóvenes no había logrado su “independencia” habitacional, proporción que disminuyó a 31% en 2012, el nivel más bajo registrado desde entonces. A partir de 2016, los informes de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y de la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares (ENGHo) indican que el porcentaje de jóvenes no emancipados se ha mantenido en un promedio del 39 por ciento. Fernando Alvarez de Celis, director ejecutivo de la Fundación Tejido Urbano, explicó a Infobae que la alta proporción de jóvenes argentinos entre 25 y 35 años que aún viven con sus padres o abuelos se debe a una combinación de factores económicos y culturales. “Predominan las razones económicas, tales como la falta de crédito hipotecario, que aunque fue reintroducido hace cuatro meses, presenta altos costos y la necesidad de un anticipo de hasta el 25% del valor de la vivienda, lo que complica la compra de propiedades para quienes no cuentan con ahorros sólidos. Además, los altos valores de alquiler pueden consumir un gran porcentaje de los ingresos de este grupo etario”. Aunque el mercado de alquileres se está estabilizando y los precios iniciales de los nuevos contratos tienden a descender, los valores siguen siendo elevados, dificultando que los jóvenes o las parejas puedan afrontar los gastos mensuales en un contexto de costo de vida que fue complejo durante más de 20 meses. Recién ahora se observa una desaceleración de la inflación. En CABA, el alquiler promedio de un departamento de dos ambientes es de $485.000 según Zonaprop, y varios sectores aún no recuperaron totalmente la caída en sus ingresos, lo que impide la independencia financiera de los hogares.
Falencias
El trabajo reveló que, en 2023, el número de jóvenes no emancipados ascendió nuevamente a 2,3 millones, el ya mencionado 38% del grupo en cuestión.
Aunque estos datos sugieren una ligera mejora con respecto a años anteriores, el problema persiste como desafío estructural. La capacidad de los hogares para generar ingresos suficientes y la necesidad de políticas públicas efectivas para aumentar el acceso a la vivienda son factores cruciales para resolver esta situación, según sugiere la Fundación Tejido Urbano.