Los mediáticos viajaban por Aerolíneas Argentinas desde Ushuaia pero tuvieron que aterrizar por una amenaza de bomba. “Nos bajaron en medio del campo”, dijeron.
Carmen Barbieri y Marcelo Polino tuvieron una experiencia memorable el domingo pasado al volver de Ushuaia, pero no el confort del vuelo de Aerolíneas Argentinas sino porque a los 20 minutos del despegue tuvieron que volver a tierra y evacuar el avión por una amenaza de bomba que resultó falsa. Lo que ocurrió fue un malentendido entre un turista brasileño que denunció por terrorismo a un legislador libertario.
En una nueva muestra del realismo mágico del que Latinoamérica es capaz, un pasajero de origen brasileño informó a la tripulación del vuelo AR 1883 con destino a la Ciudad de Buenos Aires que había una persona que podría representar un peligro. Que había visto que estaba mirando en su celular un tutorial para hacer bombas.
“Nos bajaron en el medio del campo, al lado de la montaña, cagados de frío. Primero vino la policía aeroportuaria y se llevaron a dos tipos. Vinieron los perros y todo eso. Después nos bajaron a todos nosotros”, relató el domingo Carmen Barbieri.
Uno de esos “dos tipos” que la PSA separó del grupo de pasajeros resultó ser el legislador fueguino Agustín Coto, miembro del bloque de La Libertad Avanza y ávido consumidor de videojuegos (sobre todo para pasar los minutos del despegue en un vuelo) y podcasts.
“Hoy me pasó algo surrealista. Vuelo de aerolíneas Ushuaia-Buenos Aires, Asiento 24 C. Avión lleno”, comenzó su relato en X el legislador fueguino de La Libertad Avanza.
“Despegamos y el sujeto que estaba sentado al lado mío, en pleno despegue, se levanta y se va corriendo para atrás. Vuelve, se sienta de nuevo, vuelve a pararse y a irse al fondo del avión. Jamás había visto algo así. Pasan unos minutos y nos anuncia el comandante que debíamos volver al aeropuerto de Ushuaia, sin aclarar el motivo (luego todo tendría sentido)”, relató.
“Volvemos, aterrizaje y…a esperar en la pista. El tipo raro seguía atrás, con las azafatas. ¡Mirando el teléfono me entero de que el avión había vuelto por una amenaza de bomba! Entre asustado y nervioso, esperé un rato más, charlando con los otros pasajeros. Llega la Policía de Seguridad Aeroportuaria a los minutos y se llevan a un tipo, ¡que resulté ser yo!”, reveló.
Tras pasar por protocolos de seguridad, perros entrenados para detectar explosivos, interrogatorios del personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y tiempo de espera, Coto llegó al límite de la cuestión: “me retienen, pregunto por qué, ¡y me dicen que mí vecino de asiento me acusó de llevar una bomba! Surrealista”.
“El vuelo finalmente sale, al turista brasilero inventor de situaciones bombísticas (y bombásticas) no lo dejaron subir al avión y despegamos sin inconvenientes alrededor de las 20”, confirmó el legislador.