Un robot reemplaza a los humanos en uno de los trabajos de alto riesgo más destacados en el mundo

En el futuro los rascacielos en las principales ciudades como Nueva York, Dubái o Londres serán limpiados por máquinas impulsadas con inteligencia artificial

En un entorno urbano donde los rascacielos dominan el paisaje de las grandes ciudades, la tarea de mantener limpias sus impresionantes fachadas ha sido siempre un desafío.

Durante décadas, los limpiacristales humanos han sido una imagen icónica de ciudades como Nueva York, Londres y Dubái, arriesgando sus vidas al colgarse de estructuras colosales para realizar un trabajo fundamental.

Sin embargo, la llegada de Ozmo, un avanzado robot limpiacristales pretende revolucionar este campo, pero genera dudas sobre qué pasará con los humanos que se dedican a esta actividad y sus familias.

Cuál es el robot que hace trabajos de alto riesgo en cualquier parte del mundo
Instalado por primera vez en el número 1133 de la Avenida de las Américas, en Manhattan, Ozmo es el resultado de la colaboración entre la robótica avanzada, la inteligencia artificial (IA) y la tecnología de sensores.

Desarrollado por Skyline Robotics, este sistema puede realizar el trabajo de limpieza hasta tres veces más rápido que los humanos, lo que representa un avance en términos de eficiencia y seguridad.

Ozmo destaca por su capacidad de adaptarse a las exigencias modernas, donde la altura y la complejidad arquitectónica suelen ser los obstáculos.

Cómo funciona este robot impulsado por inteligencia artificial
La estructura básica de Ozmo se basa en dos brazos robóticos de la marca Kuka, capaces de realizar tareas de limpieza de manera precisa y meticulosa. Suspendido desde la azotea del edificio, el robot opera sin descanso, abarcando la enorme extensión de ventanas que componen la fachada del rascacielos.

El uso de sensores y sistemas de detección avanzados le permite calcular la mejor ruta para cubrir cada rincón del edificio, asegurando una limpieza uniforme y de calidad en cada operació

Por su parte, la inteligencia artificial juega un papel crucial en las operaciones de Ozmo. Con ella, el robot puede identificar con precisión las superficies a limpiar, calcular la ruta más eficiente y adaptarse a cualquier irregularidad en la fachada, como esquinas o curvas.

Esto le permite no solo trabajar de manera autónoma, sino también realizar su tarea de forma mucho más rápida que cualquier equipo humano.

En qué situaciones puede ser usado este robot
Lo que realmente diferencia a Ozmo de otros sistemas es su capacidad para operar en condiciones extremas, como fuertes vientos o lluvia.

Esto es posible gracias a la incorporación de la tecnología LiDar (Light Detection and Ranging), un sistema que permite al robot escanear en tres dimensiones su entorno y ajustar su posición y orientación en tiempo real.

Esta capacidad garantiza que el robot pueda seguir funcionando de manera óptima, incluso en situaciones que tradicionalmente obligarían a los limpiacristales humanos a detener sus labores.

Qué tan seguro es este robot
Aunque Ozmo es capaz de realizar la mayor parte del trabajo de manera autónoma, Skyline Robotics ha decidido que, durante las primeras instalaciones, un operador humano supervise sus movimientos desde la azotea.

Esto no solo permite garantizar que el robot esté funcionando correctamente, sino que también proporciona una capa adicional de seguridad, asegurando que cualquier problema técnico pueda ser resuelto de inmediato.

La seguridad ha sido siempre una preocupación central en el trabajo de los limpiacristales. En muchas ciudades, los trabajos en altura son considerados de alto riesgo, y no son raros los accidentes que resultan en lesiones graves o fatales.

Con la incorporación de Ozmo, estas preocupaciones pueden reducirse significativamente, porque los humanos ya no tendrán que exponerse a estas alturas peligrosas para realizar tareas rutinarias de mantenimiento.

Cómo cambiaría el futuro laboral
La automatización que Ozmo representa ha generado tanto entusiasmo como preocupación. Por un lado, las empresas ven en este robot una oportunidad para maximizar la eficiencia operativa, reduciendo tiempos y costos.

Por otro lado, surge la pregunta inevitable sobre qué pasará con los trabajadores que han dependido de estos empleos durante generaciones.

En ciudades como Nueva York, la imagen del limpiacristales colgando de un rascacielos es casi una postal. No obstante, la adopción de tecnología avanzada como Ozmo plantea el desafío de reentrenar a estos trabajadores para ocupar roles más especializados en la supervisión y mantenimiento de estos robots.

De hecho, Skyline Robotics ha indicado que la operación de Ozmo requerirá la intervención humana en sus primeras fases, lo que podría ofrecer una transición gradual hacia el uso total de la automatización.