y la pobre performance en las Eliminatorias, Sin su magia característica, con DTs que duran poco y figuras que no están a la altura, la Canarinha avanza de manera turbulenta hacia 2026.
Brasil atraviesa una crisis futbolística sin precedentes. La reciente derrota 1-0 ante Paraguay no solo lo deja en la 5ª posición de las Eliminatorias Sudamericanas, sino que simboliza el deterioro de un gigante que solía infundir temor en sus rivales. En los últimos 15 años, la Canarinha ha perdido su identidad, su magia, y hasta la alegría que siempre caracterizó su fútbol. Desde la eliminación en el Mundial 2006, cuando Zinedine Zidane desmanteló a la generación dorada liderada por Ronaldinho, Ronaldo y Kaká, Brasil no ha vuelto a ser el mismo, salvo por un par de destellos.
La crisis de Brasil, desde Qatar 2022 hasta las Eliminatorias Sudamericanas
Una maldición parece haberse posado sobre la selección brasileña desde la Copa del Mundo en Medio Oriente, con episodios como el maltrato a Hexa, el famoso gato que apareció en la conferencia de prensa, y la posterior debacle en el rendimiento de Brasil. Las supersticiones no se han hecho esperar, pero lo cierto es que los problemas parecen mucho más profundos. La falta de cohesión, la inestabilidad en el banco, el desastre en la Confederación Brasileña de Fútbol y la caída de figuras clave como Neymar han afectado gravemente a una generación que prometía, pero no ha sabido brillar.
La Copa América 2019 fue una pequeña luz en medio de la oscuridad, pero rápidamente quedó opacada por una serie de desastres futbolísticos. Después de la dolorosa eliminación ante Croacia, en los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022, las señales de decadencia fueron cada vez más evidentes, desencadenaron en la salida de Tité después de seis años. No obstante, la frustración de la Mayor alcanzó a las Juveniles, ya que la Verdeamarela cayó en el Mundial Sub 20 de Argentina a manos de Israel y ni siquiera clasificó a los Juegos Olímpicos de París 2024.
El 2023 estuvo lejos de superar las expectativas. Tras el fracaso en el Mundial, Brasil sufrió inesperadas derrotas en amistosos ante Marruecos y Senegal y, aunque comenzó las Eliminatorias con un esperanzador 5-1 sobre Bolivia y un ajustado 1-0 frente a Perú, la caída fue inminente. Empataron 1-1 contra Venezuela, y luego sumaron derrotas ante Uruguay, Colombia y Argentina (en el Maracaná). Para colmo, como si la crisis no fuera lo suficientemente profunda, la Canarinha sufrió dos golpazos: a) Neymar se rompió el ligamento cruzado anterior y el menisco de su pierna izquierda; y b) la destitución de Fernando Diniz, después de apenas tres meses en el cargo.
El arribo de Dorival Junior a Brasil tenía como objetivo causar un golpe de efecto, tanto para propios como para extraños, luego de su excelente paso por el Flamengo, en donde consiguió la Copa Libertadores. Sin embargo, a pesar de algunos buenos resultados en el inicio del 2024, la Copa América dejó bien en claro que la crisis seguía siendo una cuestión del presente: con un plantel lejos de ser la constelación de estrellas de épocas pasadas, la Canarinha empató 0-0 ante la Costa Rica de Gustavo Alfaro y quedó afuera frente a la Uruguay de Marcelo Bielsa, por penales.
Brasil llegó a Estados Unidos con bajas expectativas. Algo inusual para una selección acostumbrada a ser favorita en todas las competiciones. La coyuntura marcaba que Argentina, Uruguay y Colombia estaban un escalón por encima, con Venezuela como la gran sorpresa. Y a pesar de la historia, el escudo, la camiseta y los nombres en su plantel, Brasil jamás logró desplegar su mejor versión. Sin Vinicius (suspendido) ni Neymar (lesionado), y con Rodrygo y Endrick que lograron asumir el liderazgo en momentos clave, la Verdeamarela se despidió temprano.
Que la próxima Copa del Mundo tenga 36 equipos participantes terminó salvando a Brasil. Con 32, la Conmebol tenía boletos para los primeros cuatro lugares y uno más para el repechaje. Ahora, son seis pasajes y uno más para el repechaje. ¿En qué posición arrancó Brasil esta última doble fecha de Eliminatorias? 6°, justo. Y los compromisos ante Ecuador (en Curitiba) y Paraguay (en Asunción) no le sirvieron para escalar muchas posiciones en su búsqueda por alejarse de la zona roja.
“Brasil va a llegar a la final del Mundial”, había anunciado Dorival, creyendo en que podrían revertir esta mala situación en el corto plazo. No obstante, la histórica derrota en Asunción no hizo más que profundizar la crisis de la Canarinha: con cuatro derrotas en su haber, la Verdeamarela transita la 5ª posición, con apenas 10 puntos en ocho fechas. Y los medios cariocas no escatimaron en ir con los tapones de punta, sobre todo, contra Vinicius Junior, el encargado natural de hacerse cargo del equipo frente a la ausencia de Ney.
La Canarinha atraviesa uno de sus momentos más críticos, con la sombra de la historia cada vez más pesada y un presente que no termina de hacer justicia a su legado. La ausencia de una figura resonante, la silla eléctrica de los entrenadores y un estilo sin rumbo claro han puesto a Brasil en una encrucijada. La presión de los medios y la hinchada no cesa, mientras la selección busca desesperadamente reencontrarse con su esencia. Solo el tiempo dirá si Dorival y su plantel serán capaces de devolverle al fútbol brasileño esa chispa que, alguna vez, lo hizo único. ¿O se la dará Neymar con su vuelta?