Elecciones en Estados Unidos: cómo será la relación con Argentina y la región

Según gane Donald Trump o Kamala Harris

Es clara la afinidad que tienen el presidente Javier Milei con el ex presidente republicano. Para los analistas consultados por Clarín, eso podría ser un buen comienzo, pero no un cheque en blanco.

Con la vice demócrata, se espera que el vínculo sea pragmático, con acuerdos sobre Venezuela, Ucrania y la creciente influencia de China en América latina. La negociación del país con el FMI podría quedar, con ambos, en manos de los “tecnócratas”

Los estadounidenses decidirán este martes si Donald Trump o Kamala Harris van a ocupar la presidencia de la primera potencia del mundo los próximos cuatro años, mientras el gobierno de Javier Milei sigue con enorme atención lo que sucede en Estados Unidos. No solo porque ha elegido a este país como su principal aliado junto con Israel, sino que mira con expectativas la posible llegada a la Casa Blanca del magnate republicano, a quien el libertario le ha dicho que quiere ver como presidente.

Aunque no lo admiten en público, es claro que el Gobierno se entusiasma con un posible triunfo de Trump, con quien Milei comparte estilo y ciertos valores conservadores. Ambos se han profesado elogios mutuos en las redes y se vieron brevemente cara a cara en una conferencia en Washington en febrero. Sin embargo, coinciden los expertos, si la demócrata Harris llegara a la presidencia la relación seguirá fluyendo sin grandes cambios respecto de la de Joe Biden.

Para anticipar cómo sería el vínculo bilateral si gana Trump o Harris, y el posible rol de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional respecto del caso argentino, Clarín consultó a expertos y ex funcionarios de la Casa Blanca que han trabajado en administraciones demócratas y en la del republicano, especialmente en la relación con la región y el país.

Si gana Donald Trump
“El hecho de que hay una clara afinidad personal y también ideológica entre Milei y Trump vale mucho en el mundo Trump. Pero eso tiene su límite”, dijo Juan Cruz, ex director para la región del National Security Council durante el gobierno del magnate, que dice que para una futura gestión están pensando en políticas “transaccionales” y “unilaterales”.

El ex funcionario, que hoy trabaja en el American First Institute donde se están afilando las políticas trumpistas a nivel global y para la región, señala: “Eso es una gran ventaja para Argentina, pero hasta dónde va eso se verá en el momento en que se sienten en la mesa. Hay un par de temas en donde Argentina y Estados Unidos tienen puntos de encuentro”. Y menciona Venezuela como uno de ellos. “Ya sabemos que Argentina representa un aliado fuerte y confiable para esa política. Es un gran plus”.

Cruz señala que incluso podría haber una política “transaccional” en el tema migratorio con Argentina. Una de las iniciativas que están trabajando los asesores internacionales de Trump son las deportaciones de inmigrantes “sin papeles” o con pedido de asilo desde EE.UU. hacia distintos países, a cambio de algún beneficio. “Si Argentina estuviera predispuesta, Estados Unidos con alegría le mandaría algunos”, dijo por ejemplo respecto de los migrantes venezolanos.

“Otro tema en el que la Argentina podría contribuir es en alianzas mayores. En la administración de Biden optaron por distanciarse de una política de décadas, que era la guerra contra la droga. Trump enfrenta este tema genuinamente porque es algo en el que cree de verdad”, dice Cruz. Al respecto señala: “Vamos a incrementar nuestros programas, vamos a regresar a un combate más integral al tema del narcotráfico y vamos a poner presión en estos países. Colombia y México la van a pasar muy mal, porque tienen políticas diferentes. En esto es valiosa la colaboración con países como Argentina, que están necesitados precisamente del tipo de colaboración que el gobierno Trump estaría interesado en prestar. Es un perfecto match”.

Cruz resalta también la “alianza perfecta” de Argentina con EE.UU. respecto de Israel. “La posición de Trump va a ser mucho más definitiva en su acción para con Israel si están mancomunadas esas posiciones”, señala.

Respecto a la influencia de China en el país y al reciente acercamiento de Milei con Beijing, el ex funcionario afirma que “seguramente la retórica será que habrá una mayor presión para que no comercien con China. Pero la realidad es que pedirán que sean más juiciosos, que miren otras opciones, que abran las puertas a otros países que pueden ser competitivos como Vietnam, Malasia, Indonesia, Japón o Corea. Otra cosa es el litio: bajo un gobierno de Trump vamos a estar mucho más ocupados en asegurar esos minerales críticos y que en ese mercado no se nos cierren puertas y no nos veamos asfixiados por alguien que controle estos recursos”.

Sobre la posibilidad de que un triunfo de Trump aliente las inversiones en Argentina, Cruz señala: “Yo hasta ahora no he visto nada. Pero eso no quiere decir que no va a haber. Como un hombre de negocios, Trump siempre busca oportunidades para Estados Unidos en el exterior. Estados Unidos ha sido celosamente defensor de la Argentina y respetó a cualquier gobierno en la Argentina en el tema deuda y los préstamos. Creo que continuará el apoyo a Argentina”.

Sin embargo, hace una advertencia: “Tenemos que ver algunos temas, como lo complejo que es sacar la plata de Argentina. Ese tipo de cosas no le da la bienvenida a los que quieren invertir. Van a tener que poner unas condiciones normales en ese aspecto, porque con esas complejidades están ahuyentando las inversiones”.

Si gana Kamala Harris
Arturo Valenzuela, que fue subsecretario de Estado para América latina durante el gobierno de Barack Obama y hoy es profesor emérito de la Universidad de Georgetown, señaló que, si gana Harris, no influirán las simpatías de Milei con Trump, sino que el vínculo seguirá siendo pragmático. “Se debe partir de la base de cuáles son los intereses compartidos y cómo vamos a tratar de solucionarlos. Y no tanto pensar en revanchas. La revancha es una cosa muy trumpista”.

Benjamín Gedan, ex director para el Cono Sur del Consejo de Seguridad en la Casa Blanca durante el gobierno de Barack Obama y hoy jefe del departamento de América latina del Wilson Center, afirmó que “tanto Harris como Trump buscarían mantener una fuerte relación con Argentina. Milei es uno de los pocos líderes en la región que no ha apostado al no alineamiento. No hace falta decir que la política exterior de otros grandes países de la región no está muy alineada con la de Estados Unidos”, señaló, en referencia a los gobiernos de izquierda de México, Colombia y Brasil, dirigidos por Claudia Sheinbaum, Gustavo Petro y Lula Da Silva.

Gedan advierte que “Harris y Milei no estarían muy de acuerdo en muchos temas importantes, incluyendo el cambio climático, la conservación ambiental, el aborto y la igualdad de género”, incluso “el apoyo de Milei para movimientos de la extrema derecha también generaría algún distanciamiento”.

Sin embargo, el experto cree que “sin lugar a dudas, Harris tendría ganas de coordinar estrechamente con Milei en otros temas, desde los minerales críticos hasta la defensa de los derechos humanos en Venezuela”.

Respecto del reciente acercamiento del libertario a China, Gedan señaló que “dada la dependencia que tiene Argentina del mercado chino, no sorprende que a Milei no le interese quemar puentes con Pekín. Sin embargo, la preferencia que otorga a la relación con Estados Unidos es alentadora para Washington, donde también se ve con buenos ojos su postura hacia Israel, Ucrania y Venezuela”.

Para Valenzuela, “Estados Unidos celebra el hecho de que China tenga interés en el comercio exterior con los países de América Latina. A los países les conviene vender sus productos como el litio y el cobre. Eso es positivo, pero se tiene que hacer en el marco de las instituciones internacionales y las reglas del juego del comercio internacional que los chinos siguen violando en términos de propiedad intelectual”, afirma.

La negociación con el FMI
La Argentina busca negociar próximamente un nuevo préstamo con el FMI, que incluya un nuevo desembolso de dinero, y las tratativas coincidirán con un nuevo habitante de la Casa Blanca, en enero. Hay expectativas en el Gobierno sobre el posible rol que pueda llegar a tener Trump, si resulta electo, sobre el organismo en favor de la Argentina, dado que EE.UU. es el país que más peso tiene en el directorio ejecutivo del Fondo. De hecho, la administración del republicano presionó al board para que otorgara al país el mayor préstamo de la historia al gobierno de Mauricio Macri, que aún se está pagando.

Sin embargo, el republicano Cruz fue cauteloso al respecto. “Sabiendo que hay una afinidad entre los presidentes, creo que habrá un debate entre el Tesoro, el Departamento de Estado y la Casa Blanca sobre el tema. Pero probablemente tendremos, por un lado, una Casa Blanca debatiendo los puntos de alianza, afinidad y amistad y, por otra parte, los tecnócratas con una posición probablemente más dura”.

“Es muy difícil seguir lanzando plata”, advirtió Cruz. “Los hemos apoyado una vez, pero eso no es infinito. Y los economistas se ponen muy incómodos en este tema. Pero yo creo que donde manda capitán no manda marinero y, si viene la palabra de la Casa Blanca, tendrán que buscar la forma de que suceda. Pero creo que hay que tener cuidado. No será mucha cosa porque, a pesar de toda la afinidad que hay, seguir pidiendo es desgastante”.

Gedan señaló que “Harris dejaría al Tesoro las decisiones sobre Argentina y el FMI”. “La política macroeconómica de Milei es ampliamente apoyada tanto en Washington como en New York. No obstante, no queda claro que Argentina merezca una gran infusión de capital fresco desde el Fondo”.

Para Valenzuela, lo que una administración demócrata haría es “buscar la posibilidad de que se pueda tener un diálogo y llegar acuerdos que sean importantes para ambos países. En el caso de la Argentina asegurarse de que efectivamente haya una colaboración del Fondo y que sea de beneficio del país”.

“Lo importante –agrega– es tratar de ver cómo se pueden crear condiciones para que haya un fuerte progreso en el país para beneficio de la población, que no haya estas diferencias tan grandes entre los sectores pudientes y los que no lo son