El obispo emérito de Goya, monseñor Ricardo Oscar Faifer, anima a la feligresía a tener en cuenta que “El Señor Jesús está con nosotros y nos cuida su santa Madre”. En un mensaje a la feligresía diocesana afirmó que “en el Pesebre, brilla la estrella de la esperanza que no defrauda”. “¡Feliz Navidad y feliz Año Nuevo! Año bendecido con paz y esperanza… ¡Siempre artesanos de paz y mensajeros de esperanza!” desea quien fue el tercer obispo diocesano.
A continuación, el texto completo del mensaje de Navidad:
1.Hoy la estrella de la FE nos guía al Pesebre, al encuentro del recién nacido en los brazos de su madre María. Este Niño, de tierna carne y frágiles huesitos, es “Dios con nosotros”. ¡Dios en la debilidad de un niño!. Misterio que sólo la fe alcanza.
Por eso, con María y con José, con los pastores y los magos nos postramos y adoramos.
2.¡Qué maravilla, desde ahora los latidos de ese pequeño corazón de carne son los latidos del infinito Amor divino!. Luego, en la cruz, el corazón traspasado será la expresión de su entrega hasta el fin, por nosotros y por nuestra salvación.
Delante de su amor desbordante, no hay excusas valederas para no dejarnos abrazar por El… ¡No hay pecado que sea más grande que la misericordia de Dios!. En su corazón encontramos un refugio para nuestro corazón pecador, herido y agobiado.
¡Cuánto bien nos hace sabernos tan amados por Dios y tan valiosos a sus ojos!.
Es justo que haya alegría, gratitud y esperanza en nuestro corazón.
3. En esta Navidad, encontrarnos con Jesús es lo mejor que nos puede pasar.
En el Pesebre, abandonando todo orgullo y superficialidad, “aprendemos a ser más buenos, más hermanos, más sencillos, más cuidadosos de los pobres”.
En el Pesebre, resuena el jubiloso anuncio de la PAZ. Con Jesús es posible una paz auténtica y duradera, que juntos podemos construirla.
En el Pesebre, brilla la estrella de la ESPERANZA que no defrauda. Con el Señor Jesús es posible tener lo que da sentido a nuestra búsqueda de felicidad verdadera y plena: es la bella novedad del Reino de Dios, ya aquí y que culminará en la fiesta del cielo. Bien aferrados a la cuerda de la esperanza peregrinamos con la certeza de que nuestra búsqueda no es en vano. ¡El hombre nuevo y el mundo nuevo ya está brotando desde el pesebre de Belén!. Con convicción y alegría, peregrinos de esperanza.
4. Queridos hermanos y hermanas: Lleguen a ustedes mi cordial saludo para Navidad y Año Nuevo, con la gratitud y el cariño de siempre. ¡Feliz Navidad y feliz Año Nuevo! Año bendecido con paz y esperanza… ¡Siempre artesanos de paz y mensajeros de esperanza!
El Señor Jesús está con nosotros y nos cuida su santa Madre. Abrazo y bendición.