Qué representa el anillo del Pescador del Papa

Y por qué debe ser anulado tras la muerte de Francisco

Se trata de un procedimiento reservado y meticulosamente documentado que forma parte del protocolo de sede vacante.

Con la muerte del papa Francisco, la Iglesia Católica da inicio a una etapa de transición marcada por rituales que tienen una fuerte carga simbólica. Uno de los más significativos es la anulación del anillo del Pescador, un procedimiento reservado y meticulosamente documentado que forma parte del protocolo de sede vacante.

Este anillo, conocido en latín como Anulus Piscatoris, ha representado durante siglos la autoridad del Papa como sucesor de San Pedro. La pieza muestra a Pedro pescando desde una barca, en referencia al pasaje bíblico donde Jesús le promete convertirlo en “pescador de hombres”. Cada pontífice recibe este anillo al asumir el cargo, como parte de los signos que lo identifican como obispo de Roma, junto al palio episcopal.

Desde el siglo XIII, el anillo ha sido usado también para sellar documentos oficiales. En 2013, el cardenal Angelo Sodano entregó el anillo a Jorge Mario Bergoglio, quien eligió una versión de plata dorada en lugar de una de oro macizo, acorde a su estilo de vida sencillo.

Qué representa el anillo del Pescador del Papa y por qué debe ser anulado tras su fallecimiento

La normativa vigente, establecida en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, indica que el Camarlengo debe retirar el anillo del pontífice fallecido y supervisar su inutilización en presencia de los cardenales. El objetivo de esta acción es evitar su uso indebido o falsificaciones durante el período sin papa.

El método tradicional consiste en golpear el anillo con un martillo de plata o marcarlo con una cruz, lo que simboliza que ya no tiene validez. Así se hizo, por ejemplo, tras la muerte de Juan Pablo II. En el caso de Benedicto XVI, que renunció en 2013, no se destruyó el anillo completamente, sino que se le grabó una “X”, dejándolo fuera de uso.

Según el Vaticano, “los objetos estrechamente ligados al ejercicio del ministerio petrino deben ser anulados”. Esta misma regla se aplica al sello de plomo utilizado para autenticar ciertos documentos papales.

La destrucción del anillo no solo marca el final de un papado, sino que actúa como garantía de que comienza un nuevo capítulo para la Iglesia, bajo la guía de un próximo sucesor.