Un grupo de científicos especializados publicó un informe que revela la preocupante situación. El hecho va de la mano con el crecimiento de estos epicentros.
Las 28 principales ciudades de Estados Unidos registraron un lento pero constante descenso del terreno, según una investigación reciente publicada por un grupo de científicos de la Escuela de Clima de Columbia. Este fenómeno, conocido como hundimiento del suelo, afecta tanto a zonas costeras como a regiones del interior, donde se creía que el riesgo era menor
El estudio identificó que la causa principal de este fenómeno es el exceso de extracción de agua subterránea. A medida que los acuíferos pierden agua a un ritmo superior al de su capacidad de renovación, el suelo colapsa por la falta de soporte, lo que provoca que la superficie se hunda de manera progresiva.
Leonard Ohenhen, científico calificado y autor principal del informe, explicó: “A medida que las ciudades continúan creciendo, veremos cómo más ciudades se expanden hacia regiones en hundimiento”.
“Con el tiempo, este hundimiento puede generar tensiones en la infraestructura que superarán su límite de seguridad”, agregó el especialista, resaltando su preocupación por lo que pueda llegar a ocurrir.
Ciudades como Houston y Las Vegas están entre las más afectadas
Entre los casos más alarmantes, la ciudad de Houston, en Texas, presentó más del 40% de su territorio hundiéndose a una tasa superior a 5 milímetros por año. En ciertas zonas específicas, el nivel del agua descendió hasta 5 centímetros anuales, una señal clara del impacto de la sobreexplotación de los recursos hídricos.
Otros puntos críticos son Dallas, Fort Worth, Las Vegas y el aeropuerto LaGuardia en Nueva York, donde el hundimiento también avanza a ritmos preocupantes. El informe señala que aproximadamente el 80% del movimiento del suelo está vinculado directamente al uso intensivo de las aguas subterráneas.
El hundimiento no es exclusivo de zonas costeras
Aunque el aumento del nivel del mar suele ser una de las primeras explicaciones ante estos fenómenos, el estudio desmintió que este sea un problema exclusivo de las ciudades costeras. Incluso regiones interiores de Estados Unidos evidenciaron los mismos patrones de hundimiento.
A la extracción de agua se suman otros factores como la explotación petrolera y de gas en el estado de Texas, así como las secuelas geológicas de antiguos glaciares en lugares como Chicago y Nueva York, que aún afectan la estabilidad del terreno.
Tecnología satelital para medir el fenómeno
Los investigadores utilizaron imágenes satelitales de alta resolución para seguir el movimiento del terreno con precisión milimétrica. Crearon una cuadrícula detallada que permitió analizar los cambios de elevación en cada una de las ciudades estudiadas.
En 25 de las 28 ciudades, al menos dos tercios de la superficie mostraron indicios de hundimiento. En varios sectores, el proceso ocurrió de manera acelerada, lo que genera mayores riesgos para infraestructuras urbanas como edificios, caminos y líneas férreas.
El impacto y los riesgos para la infraestructura de EEUU
Uno de los aspectos más críticos del fenómeno es que no afecta por igual a todas las zonas dentro de una ciudad. Mientras algunas áreas se hunden rápidamente, otras pueden incluso comenzar a elevarse nuevamente debido a la recarga de agua cerca de ríos u otras fuentes hídricas. Esta desigualdad en el movimiento del terreno puede dañar las bases de estructuras urbanas.
“A diferencia de los peligros de hundimiento relacionados con inundaciones, donde los riesgos se manifiestan solo cuando altas tasas de hundimiento reducen la elevación del terreno por debajo de un umbral crítico, los daños a la infraestructura inducidos por hundimiento pueden ocurrir incluso con cambios menores en el movimiento del terreno”, concluyó el informe.
A pesar de lo preocupante de los datos, el equipo de investigadores sostuvo que aún es posible mitigar los efectos si las ciudades toman acciones preventivas. Ohenhen instó a los gobiernos locales a utilizar esta información para desarrollar estrategias de adaptación.
“En lugar de simplemente decir que es un problema, podemos responder, abordarlo, mitigarlo y adaptarnos”, expresó. “Tenemos que avanzar hacia las soluciones”.
Este estudio representa una advertencia clara para los responsables de la planificación urbana y la gestión de recursos hídricos, ya que el hundimiento del terreno podría afectar el futuro de millones de personas si no se actúa de inmediato.