“Thiago salvó cuatro vidas”
La familia de Thiago Correa, el niño de 7 años baleado por un policía de civil, tomó la decisión de donar sus órganos luego de su muerte
La familia de Thiago Correa, el niño de 7 años asesinado de un tiro a la cabeza por un policía de civil en la localidad de Ciudad Evita, en La Matanza, salvó cuatro vidas gracias a la decisión de donar sus órganos luego de la declaración de su muerte cerebral, diagnosticada el 6 de junio.
Según le informó el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) a la familia del niño, el corazón, el hígado y los dos riñones fueron transplantados a otras personas, tratándose en su mayoría de menores de edad.
El ente nacional que se dedica a la donación de órganos le especificó a Daira Medina, la madre de Thiago, el destino de cada uno. “El corazón lo recibió un nene de 4 años; el riñón izquierdo, un nene de 5; el hígado se implantó en una nena de 13 años; y el riñón derecho, en una mujer de 46 años”, le dijeron en un mensaje.
El mismo texto cerraba agradeciéndoles que “Thiago salvó cuatro vidas” por el “enorme gesto de amor tuyo y de Fabián”. Además, les afirmaron a los padres del niño que las personas beneficiadas por su decisión “recuperaron su calidad de vida”.
Una decisión solidaria
Fabián Correa comentó el difícil contexto en el que decidieron habilitar que los órganos de su hijo sean donados. “El viernes, cuando el Incucai nos comunica que tuvo muerte cerebral, con la madre tomamos la decisión muy difícil de donar sus órganos”, algo que consideró “la mejor elección”.
Además, el hombre destacó que el mensaje sobre los receptores les dio a él y a su pareja “un poco de tranquilidad dentro de tanto dolor”. “Creo que Thiago va a estar en los corazones de todos. El día de mañana, cuando estemos en la plaza viendo chicos jugar, vamos a sentir que él está ahí entre nosotros”, agregó. Por último, el padre de Thiago reconoció que la noticia “trajo tranquilidad, fuerzas y un poco de alegría”.
La tragedia y el caso judicial
El miércoles 4 de junio, minutos antes de la medianoche, Thiago esperaba un colectivo junto a su padre en la localidad de Ciudad Evita, en La Matanza, cuando fue herido de muerte por un disparo efectuado por el agente de la Policía Federal, Facundo Aguilar Fajardo, quien estaba de civil cuando reaccionó intempestivamente con su arma reglamentaria frente a un presunto intento de robo.
El efectivo de 21 años se encuentra con prisión preventiva por decisión del juez de Garantías Nº 3 de La Matanza, Rubén Ochipinti, quien también le negó el pedido de excarcelación. El juez actuó en sintonía con el fiscal de Homicidios de La Matanza, Diego Rulli, quien observó en las cámaras de seguridad que los ladrones huyeron sin disparar pero que el policía los persiguió a los tiros. El policía de la fuerza federal le dijo al fiscal que “en ningún momento se me pasó por la cabeza que a 200 metros iba a estar un nene” y le pidió una reconstrucción de los hechos.
Aguilar Fajardo quedó imputado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, lesiones graves reiteradas y lesiones gravísimas culposas, todo en concurso ideal y bajo la figura de exceso en la legítima defensa, ya que les disparó once veces a quienes quisieron robarle. El joven de 21 años podría enfrentarse a una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
Respecto de los delincuentes, el policía mató a Brandon Corpus Antelo, de 18 años, e hirió a otros dos, Uriel Emanuel Leiva y Uriel Alexis Montenovo, que fueron detenidos esa misma noche por el delito de robo doblemente agravado con participación de un menor y utilización de un arma de utilería.
El cuarto atacante, Zacarías Joaquín López, se había dado a la fuga en las primeras horas posteriores a los hechos, pero fue detenido días más tarde bajo los mismos cargos que los demás.