Desde foros antiguos hasta sitios que revenden datos personales, una simple búsqueda con nombre y apellido puede exponer más de lo imaginado
Buscar el nombre propio en Google puede parecer una curiosidad inofensiva. Sin embargo, esa simple acción revela mucho más que un perfil público o una red social. Desde menciones en foros y publicaciones antiguas, hasta información personal filtrada en sitios que recopilan y revenden datos, los resultados pueden ser sorprendentes, e incluso inquietantes.
La buena noticia es que existen métodos accesibles para saber qué se está mostrando y cómo solicitar su eliminación de forma directa
Por qué nuestra información personal queda en la red
Cada interacción en línea deja una huella. Google, como motor de búsqueda dominante, indexa todo lo que pueda ser leído por sus sistemas, incluyendo correos electrónicos visibles, perfiles en redes sociales, cuentas de streaming o datos asociados a una dirección de correo.
Muchas veces, esta información queda accesible a través de sitios agregadores sin que el usuario sea consciente de ello.
El primer paso para conocer el alcance de esa exposición es realizar una búsqueda precisa. Para ello, se recomienda abrir una ventana de navegación en modo incógnito y escribir en el buscador: intext:“Nombre Apellido”, sustituyendo las comillas por los datos personales.
También es útil probar con combinaciones como el nombre completo junto a la ciudad de residencia, o incluso con direcciones de correo electrónico. Esta búsqueda filtra páginas que mencionan a la persona directamente en el contenido, lo que permite identificar desde perfiles antiguos hasta directorios que nunca fueron consultados de forma voluntaria.
Qué hacer con los resultados: anotar y clasificar
Una vez realizada la búsqueda, conviene anotar todas las URLs en las que aparecen datos personales. Es común encontrar sitios como ‘PeekYou’, ‘TruePeopleSearch’, ‘MisterPeople’, y otras páginas de agregación de información. Muchas de ellas operan a partir de bases de datos públicas o compras de información masiva.
El objetivo es enfrentarlas una a una. Algunas permitirán eliminar los datos fácilmente, otras requerirán persistencia, y en ciertos casos será necesario escalar la solicitud.
Cómo solicitar la eliminación de los datos
Existen tres vías principales para reducir la exposición de la información personal:
1. Formulario oficial de Google: si una página muestra datos sensibles (como dirección, número de identificación, email o número de teléfono) sin consentimiento, se puede utilizar el formulario de solicitud de eliminación de contenido de Google: https://support.google.com/websearch/answer/3143948?visit_id=638860312534213403-2823047731&rd=1.
Esta herramienta permite informar directamente al buscador para que deje de mostrar el enlace en sus resultados.
2. Contacto directo con el sitio web: cada página debe disponer de una forma de contacto o política de privacidad. En el pie de página suele aparecer un enlace a “Aviso legal” o “Política de privacidad”, donde se puede ejercer el derecho de supresión de datos.
La solicitud debe ser clara y, en algunos casos, puede ser necesario insistir o esperar varios días para recibir respuesta.
3. Uso de herramientas especializadas: servicios como ‘Just Delete Me’ recopilan instrucciones precisas para borrar cuentas de múltiples sitios.
Este portal clasifica las plataformas según la facilidad para eliminar los datos (verde, amarillo o rojo). Otra opción es utilizar servicios como ‘Incogni’, que automatizan las solicitudes en nombre del usuario y ofrecen un seguimiento del proceso.
Qué hacer después de borrar la información
Eliminar datos de los sitios de origen no es suficiente. Si Google ya había indexado esos contenidos, seguirá mostrando enlaces a páginas que pueden haber sido modificadas o eliminadas.
Por eso, una vez completada la limpieza, es necesario volver al formulario de eliminación de resultados de búsqueda de Google, para indicar que el contenido ya no existe o ha sido editado.
Este proceso cierra el ciclo: primero se retira la información desde la fuente, y luego se elimina su visibilidad en los motores de búsqueda.
Más allá de la incomodidad de aparecer en sitios desconocidos, la exposición excesiva de datos puede tener consecuencias reales. Desde el uso indebido de información en campañas publicitarias hasta posibles intentos de fraude o suplantación de identidad. Tomar el control de lo que aparece en internet no es solo un acto de precaución, sino una forma concreta de proteger la identidad digital.