Las autoridades sanitarias de Estados Unidos pidieron a los viajeros extremar las precauciones ante la suba de infecciones. Cuáles son los síntomas y qué creen que causó la expansión
Más de 7.000 personas contrajeron chikungunya en la provincia de Guangdong, al sur de China, en uno de los brotes más significativos de esta enfermedad viral en el país desde su primera detección hace casi veinte años.
La magnitud del brote llevó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) a emitir una alerta internacional de nivel 2, advirtiendo a los viajeros sobre el riesgo de infección y recomendando extremar las precauciones en la región.
Las autoridades sanitarias chinas, junto con organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), intensificaron las medidas de contención ante la rápida propagación del virus, especialmente en la ciudad de Foshan y otras urbes cercanas como Guangzhou, Shenzhen, Dongguan y Zhongshan, según reportes de The Associated Press.
Evolución del brote y expansión regional
El brote, que comenzó a mediados de junio de 2025, se concentró principalmente en el distrito de Shunde, en Foshan, una ciudad de aproximadamente 9 millones de habitantes. Entre el 27 de julio y el 2 de agosto, se notificaron cerca de 2.900 nuevos casos locales, el 95% de ellos en Foshan, mientras que el resto se distribuyó en otras ciudades de Guangdong.
Además, se identificaron casos relacionados en Hong Kong, Macao y la provincia de Hunan, lo que evidencia la expansión regional del virus. La Comisión Nacional de Salud de China confirmó que todos los casos recientes fueron clasificados como leves y, hasta la fecha, no se reportaron fallecimientos asociados al brote.
Frente a la emergencia, las autoridades chinas desplegaron una serie de medidas para frenar la transmisión del chikungunya. Entre las acciones implementadas destacan el uso de drones para localizar y eliminar focos de agua estancada, donde los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus —vectores del virus— depositan sus huevos.
Además, se liberaron peces en estanques para que se alimenten de las larvas de mosquito y se intensificaron las campañas de fumigación en parques y espacios públicos. Los equipos sanitarios, identificados con chalecos rojos, realizan inspecciones domiciliarias y aplican sanciones a quienes mantengan depósitos de agua sin tratar. En los casos confirmados, los pacientes son aislados en hospitales bajo mosquiteros durante una semana, como parte de la estrategia de contención.
Cuáles son los síntomas y cómo se previene
La respuesta internacional fue inmediata. Los CDC de Estados Unidos emitieron una advertencia de viaje para Guangdong, recomendando a los visitantes el uso de repelentes de insectos, ropa de manga larga y la permanencia en espacios protegidos con mallas o aire acondicionado.
La agencia subraya que la prevención de las picaduras es la principal defensa, ya que no existe un tratamiento específico para la enfermedad. La OMS y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) han alertado sobre la expansión global del chikungunya, con más de 240.000 casos y 90 muertes reportadas en 16 países y territorios desde principios de 2025.
Los CDC también recordaron que, aunque en Estados Unidos no se registraron casos autóctonos desde 2019, el riesgo de importación persiste.
El chikungunya es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos infectados, principalmente Aedes aegypti y Aedes albopictus.
Los síntomas suelen aparecer entre tres y siete días después de la picadura e incluyen fiebre alta, dolor intenso en las articulaciones, dolor de cabeza, erupciones cutáneas y dolor muscular. Aunque la mayoría de los pacientes se recupera en una semana, el dolor articular puede persistir durante meses o incluso años, y en casos poco frecuentes pueden presentarse complicaciones neurológicas como encefalitis.
Los grupos más vulnerables a desarrollar formas graves de la enfermedad son los recién nacidos, los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas como diabetes o afecciones cardíacas, según la OMS y los CDC.
Contexto global y situación de las vacunas
La historia del chikungunya se remonta a 1952, cuando se identificó por primera vez en Tanzania. Desde entonces, la enfermedad causó brotes en África, Asia, América y, en menor medida, Europa. En 2004, un brote en la isla de Lamu, Kenia, afectó al 70% de la población local, y en 2006, India registró cerca de 1,3 millones de casos sospechosos. En China, los primeros casos importados se documentaron en 2010 y 2019, pero el brote actual en Guangdong representa el mayor desafío hasta la fecha. La expansión global del virus se vio favorecida por el aumento de los desplazamientos humanos y las condiciones climáticas propicias para la proliferación de mosquitos.
En cuanto a la prevención, los expertos insisten en la importancia de evitar las picaduras de mosquito mediante el uso de repelentes aprobados, ropa que cubra la piel y la eliminación de criaderos de mosquitos en el entorno doméstico. Aunque en Estados Unidos se han aprobado dos vacunas —una de virus vivo atenuado (IXCHIQ) y otra de partículas similares al virus (VIMKUNYA)—, estas aún no están disponibles en China ni en la mayoría de los países afectados. Los CDC recomiendan que los viajeros consulten con un profesional de la salud para valorar la vacunación antes de desplazarse a zonas de riesgo.
La OMS advierte que, aunque el chikungunya rara vez es mortal, los bebés y las personas mayores enfrentan un mayor riesgo de complicaciones graves, lo que refuerza la necesidad de mantener la vigilancia y fortalecer las medidas de protección en estos grupos.