Es el gobernador más joven de la historia reciente de Corrientes. Fue elegido por cerca del 52% de los votos. En esta charla hablamos de ese triunfo registrado en los 74 municipios de la provincia, pero también de gestión y futuro, de su familia, las mudanzas y sus convicciones como radical.
Por Eduardo Ledesma, Belén Da Costa y Carlos Lezcano
Juan Pablo Valdés llegó a esta entrevista en Hoja de Ruta después de haber ganado la elección a gobernador con el 51,89% de los votos en toda la provincia, según datos del escrutinio provisorio. Ganó en cada uno de los 74 municipios. La mañana lo encuentra sereno, todavía con el pulso de la campaña en la voz y con la mente en dos procesos: la transición y las elecciones nacionales de octubre.
El gobernador electo habla sin rodeos de una campaña “muy sucia, muy dura” y del impacto que tuvo en su casa: dos chicos que consumen redes, miedos nuevos, explicaciones a mano, y una madre que acompaña. “Uno de mis hijos está juntando firmas para quedarnos en Ituzaingó, me están preparando un cacerolazo”, dice entre risas luego de la consulta sobre su cambio de domicilio a la Capital. Además, asegura que ama Corrientes y que si de mudanzas se trata, se define como un nómade. “Viví muchos años así, con mis cosas en la mano, porque con mi empresa arenera nos trasladábamos todo el tiempo”, completa.
Sobre el gobierno que viene, el trazo es de continuidad con la gestión de Gustavo Valdés, pero con acentos propios. Modernización, uso de tecnología para gestionar (desde paneles de control hasta herramientas de IA), protagonismo juvenil en la toma de decisiones, y abordajes interdisciplinarios para temas sensibles como las adicciones (con gabinetes locales o el plan Más Vida). A eso se suma la continuidad cultural como política de identidad y desarrollo, y el turismo como vector estratégico para transformar economías locales sin descuidar infraestructura, servicios y calidad de vida.
La transición ocurre, además, con la mirada puesta en las elecciones nacionales de octubre, donde se renovarán legisladores. Valdés vuelve sobre un punto que considera central: “recordar quiénes representan de verdad a la provincia” y qué se vota cuando se vota -universidades, Hospital Garrahan, educación y salud públicas, políticas de discapacidad, entre otros pilares-. De eso trata esta charla: de gestión y de futuro, pero también de familia, mudanzas y convicciones.
¿Qué recuerdo tiene de una campaña? ¿Cuál es el recuerdo más joven que tenga de una campaña política y de un acto de cierre?
—La verdad que tengo muchos recuerdos. Me pasó atravesar varios procesos y conservo los mejores recuerdos. Quizás no tanto de los cierres, pero sí de las caravanas. Incluso cuando fui electo intendente arrancó la caravana porque había ido Gustavo y llegamos unos minutos tarde. Tuvimos que correr como dos o tres cuadras para alcanzar la cabeza de la caravana. Pero bueno, siempre los procesos eleccionarios son entretenidos: los carteles, los pasacalles…
¿Hay una foto suya con Alfonsín, no?
—Hay una foto increíble con Alfonsín y Gustavo, yo de chiquito. Fue en agosto del 91, en Ituzaingó, cuando el expresidente Raúl Alfonsín visitó la ciudad. Gustavo ya era militante de la UCR y se acercó. Esa foto hoy tiene un valor trascendental.
—¿Se reconocé alfonsinista?
—No, yo me reconozco radical. Con los valores, con la historia. Lamentablemente no pude vivir esa época dorada del alfonsinismo. Me queda el recuerdo de lo que significa Alfonsín para la UCR. Comparto sus valores, sus banderas y el legado que nos dejó, pero no tuve la suerte de vivirlo plenamente como sí lo vivió Gustavo, que siempre dice que lo marcó a fuego. Fue un gran presidente, sin lugar a dudas dejó huella en el radicalismo y en muchos jóvenes de aquel tiempo.
—Serás el gobernador electo más joven, y el 10 de diciembre asumirá como el más joven de la historia reciente de Corrientes. ¿Eso le genera algo? Porque también se leyó como un voto de recambio generacional.
—Sí, y agradezco a Vamos Corrientes el espacio que le da a los jóvenes. No solamente a Juan Pablo sino a toda una generación. Nos está dando un lugar de decisión en el presente para soñar un futuro distinto. Si mirás, por ejemplo, San Roque, Raúl Pelozo tiene 28 años y es intendente. Juan Marcelo Insaurralde tiene 30 años y está en su segundo mandato. Hay toda una franja de intendentes jóvenes. Ese recambio que venía creciendo desde el interior hoy me toca a mí, con 42 años recién cumplidos, ser gobernador electo. Para nuestra generación es un gran desafío.
¿En la campaña de Vamos Corrientes lo central fue la fortaleza territorial, esta foto de todos los intendentes juntos, y también el concepto de federalismo?
—Sí, siempre dijimos que esta gestión construyó federalismo. El gobierno trabajó con cada intendente y llevó desarrollo, progreso y transformación a cada localidad. Eso la gente lo percibió: en el interior se veía cómo las ciudades avanzaban, salían del adormecimiento. Era todo un mapa completo. Y eso cosechó Vamos Corrientes: la confianza para seguir haciendo lo que falta, respaldados por un equipo. Siempre decíamos que no era una persona, éramos un equipo con experiencia y proyectos.
—Otro dato es que ganó en toda la provincia, en los 74 municipios, incluso con más del 90% en algunos lugares. ¿Cuál es la lectura que hace?
—Creo que Corrientes apuesta a un gobernador con energías, que recorra todas las localidades, como veníamos haciendo. Teníamos un espejo en Ituzaingó: mucha gente pasó por ahí y vio nuestra gestión. Eso ayudó a mostrar que no era un candidato vacío. Tenía gestión, el respaldo de los intendentes y un equipo sólido. La gente confió en este proyecto, en Vamos Corrientes, porque sabe que tiene un rumbo claro, a diferencia de otros espacios que llegaban sin equipos y con propuestas vacías.
—Ahora se abre una etapa hasta el 10 de diciembre de reflexión y de trabajo para la conformación de equipos. ¿Cómo se hace ese proceso?
—Seguramente la semana que viene. Ahora viene la etapa de acomodarse, un pequeño descanso, aunque seguimos trabajando porque está la campaña de legisladores nacionales. Después empiezan las charlas. Ya veníamos trabajando con un proyecto y tenemos claro dónde queremos intervenir en esta etapa de gobierno. Vamos a sumar nuestra propuesta al proyecto de Vamos Corrientes, que ha desarrollado modernización, desarrollo e inclusión, y donde creemos que hay que ajustar.
—Doble trabajo: mientras hacen lo administrativo sigue la campaña de legisladores.
—Sí, sigue. Apoyar a nuestros legisladores nacionales es fundamental. Yo le pido a la gente que mire cómo votaron los legisladores de otros espacios: en contra de la ley de discapacidad, del Garrahan, de la educación pública. No acompañaron. En cambio, nuestra legisladora Sofía Brambilla estuvo ahí, representando a Corrientes con mensajes claros. Por eso proponemos a Diógenes González, a Praxedes López, a Carlos Hernández. Queremos legisladores que no se encandilen con las luces de Buenos Aires, que no pierdan la línea de la correntinidad. No podemos mandar legisladores que voten en contra de esas leyes, no somos eso
Juan Pablo Valdés saludó al director propietario del diario, Carlos Alberto Romero Feris, con quien dialogó sobre el futuro que le depara a la provincia.
—La relación con el Gobierno Nacional está en stand-by. En una entrevista previa dijo: “La relación con Milei va a ser la que se dé”. ¿Milei lo llamó?
—No. Se ve que no le pasaron mi número de teléfono.
—¿Karina Milei tampoco?
—No, tampoco.
—¿Lisandro Almirón?
—Sí, él me cursó un mensaje ayer y le respondí, por supuesto.
—¿Y los otros? Tincho, Ricardo…?
—No, todavía no. (N. de la R: Posteriormente a esta entrevista se conoció públicamente que Ascúa mantuvo contacto telefónico con Juan Pablo Valdés)
—¿Está esperando esa llamada?
—No, la verdad que no. El reconocimiento que tenía que tener ya lo tuve: el de la gente que nos votó con el 52% y el de mis afectos, que me acompañaron en este proceso.
—A los intendentes electos de Vamos Corrientes les preocupa la cuestión de las adicciones. ¿Cuál es la mirada para el gobierno de Corrientes ahora?
—Sí, nos preocupa mucho. Para el gobierno va a ser un desafío, pero lo principal es trabajar en forma mancomunada con todos los actores. En Ituzaingó vimos cómo cuesta que cada localidad tenga sus profesionales especializados, porque esta es una problemática con muchas aristas. En principio, tener los gabinetes multidisciplinarios armados y, sobre todo, conseguirlos en las distintas localidades. Por eso vamos a trabajar con el plan Más Vida. Capacitar y tener más gabinetes, donde la Justicia también pueda mandarnos a los chicos que tengan problemas de consumo, pero que también nosotros podamos darle a los padres ese gabinete a disposición para poder trabajar de cerca con este problema, porque muchas veces también eso significa un costo y ese costo muchas veces uno no tiene para afrontarlo.