Cómo reaccionará la economía si el Gobierno consigue dólares pero pierde las elecciones

El rotundo cambio de expectativas que trajo el apoyo de EEUU puede verse impactado por un resultado electoral adverso que aleje las chances de aplicar reformas de fondo

Las 10 ruedas cambiarias que restan antes de la elecciones ya no serán tan complejas para el Gobierno como lo parecían días atrás. Aún sin la letra chica del plan de respaldo del Tesoro de EEUU que se conocerá tras el encuentro de Donald Trump y Javier Milei del próximo martes 14 en la Casa Blanca, es claro que cambió todo.

Todas las malas noticias que el Gobierno viene acumulando en lo político, atadas al affaire Espert en su mayoría, recibieron un baño de señales positivas. Un interrogante que recorre el mercado es qué pasará si ese optimismo que traen consigo los dólares de EEUU se contrapone con un resultado electoral magro, o incluso negativo, para los intereses del Gobierno.

La jugada inesperada e inédita del Tesoro americano “comprando pesos” en el mercado argentino modificó radicalmente las expectativas. Los bonos y las acciones se dispararon, el riesgo país volvió a ubicarse por debajo de los 1.000 puntos y la presión sobre el dólar empezó a desinflarse. Y el Gobierno logró poner una dosis razonable de temor entre los inversores: después de tanto hablar de que el mercado iba a “testear” el techo de la banda, ¿alguien lo haría sabiendo que enfrente está el Tesoro de Estados Unidos?

Cambia el juego
“La intervención cambiaria del Tesoro comprando pesos argentinos es un game changer. El acuerdo para intervenir bilateralmente es, por definición, creíble. En este contexto, las bandas cambiarias pasan a un segundo plano”, sintetizó Pablo Guidotti, ex secretario de Hacienda.

A la sorpresiva operación en el mercado se sumó la definición del secretario del Tesoro, Scott Bessent, en cuanto a que “la banda cambiaria sigue siendo adecuada” para el programa del Gobierno. ¿Lo será también después del 26 de octubre? “Además de la tensión cambiaria y financiera, la actividad económica sigue mostrando fatiga y también está a la merced del resultado electoral y del impacto de la inexorable recalibración del esquema cambiario tras los comicios”, señaló un informe de Invecq.

Este “game changer” cambia el humor y alivia temores para estas dos semanas. Como históricamente ocurre antes de cada elección, muchas familias y empresas argentinas decidirán dolarizarse, si es que todavía no lo hicieron. Pero especular con una corrida en base a la debilidad de reservas del BCRA ya no será lo mismo.

El apoyo de EEUU también diluye fantasmas acerca de la disponibilidad de dólares para cumplir con el próximo compromiso con los bonistas. El mercado tenía una preocupación razonable para el pago del próximo 9 de enero de USD 4.300 millones que ahora queda relegada.

Buenas y malas
Una línea de swap por USD 20.000 millones, la inédita intervención de EEUU en el mercado de cambios, la expectativa de auxilios adicionales tras la reunión Trump-Milei, anuncios de inversiones en IA y el acuerdo YPF-ENI en energía. El hilo de buenas noticias de los últimos días le llega al Gobierno en un momento crítico de su campaña electoral.

Con la derrota bonaerense del 7 de septiembre, Milei recibió otro “game changer”, en este caso electoral. Y desfavorable: las encuestas que lo veían ganador comenzaron a revertirse y la incertidumbre se acrecentó. El traspié con Espert ralentizó la campaña oficialista, más allá de la provincia de Buenos Aires. “No se puede hacer campaña si todos te preguntan por Espert”, fue la frase escuchada entre los candidatos mileístas.

Mientras el Gobierno todavía pelea para que la boleta única no tenga la foto del candidato renunciado, en el mercado hacen cuentas y preparan escenarios. El que más interrogantes despierta es qué sucederá si el Gobierno estabiliza las variables y empieza a acumular dólares pero, al mismo tiempo, tiene un mal resultado electoral. En otras palabras, cómo sigue el programa económico de Milei para la segunda mitad de su mandato si consigue dólares pero le falta peso parlamentario para iniciar las reformas que juzga imprescindibles.

El punto se agudiza cuando desde el oficialismo se subió tanto el precio del resultado electoral de octubre, ubicándolo como un requisito esencial para las tres reformas siempre reclamadas: tributaria, laboral y previsional. Elegir al kirchnerismo como rival excluyente, diciéndole al electorado “vótenme a mí o vuelve el pasado”, ya le salió mal a Mauricio Macri en 2019.

La matemática parlamentaria es clara: aún con un triunfo claro a nivel nacional, La Libertad Avanza quedará muy lejos de tener alguna mayoría. Y tejer alianzas en el Congreso, está claro, no fue su principal virtud. Su objetivo parece ubicarse en el número mágico 86; esos son los diputados que hacen falta para reafirmar un veto presidencial a una ley, algo que el Gobierno no consiguió en temas como el financiamiento universitario o la emergencia en discapacidad.

Dólares extra en forma periódica
También es claro que, sin acceso a los mercados, el programa económico de Milei y Caputo requiere de una periódica dosis extra de dólares. En estos dos años, el Gobierno acudió a los dólares “del colchón” de los argentinos, a dos cosechas infladas a fuerza de baja de retenciones, a un préstamo REPO de bancos internacionales, a un blanqueo de más de $20.000 millones y a un gigantesco desembolso del FMI. La “compra de pesos” dispuesta por Bessent viene a engrosar ese listado.

“Si vos venís con un programa macroeconómico, en abril le pedís un rescate al FMI y en octubre otro rescate a EEUU, ese programa fracasó estrepitosamente”, resumió el economista Emmanuel Alvarez Agis.

Ante ese escenario, la incógnita pasa por saber qué mitad del vaso verán los inversores, ya sean financieros o en la economía real, si las urnas le dan la espalda a Milei. La mitad llena muestra un Gobierno apoyado por el socio más poderoso posible, que consiguió los dólares para salir del rol de único oferente del mercado. La mitad vacía, a un Gobierno que hizo el ajuste pero no tiene peso político para hacer las reformas de fondo que siempre promete.

A comienzos de año, con el riesgo país por debajo de los 600 puntos, el Gobierno buscó convencer al mercado de que con los dólares del FMI y la salida del cepo, el camino del regreso a los mercados estaba allanado. En octubre, los dólares de EEUU llegan con el riesgo país muy por encima de lo esperado y generan desde el Gobierno el mismo mensaje de optimismo.