Los resultados de un estudio realizado en el primer semestre de 2025 reveló una caída en el acceso a los servicios públicos esenciales como la red de agua corriente, el gas natural o las cloacas.
El Indec dio a conocer los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente al primer semestre de 2025, que reveló una caída en el acceso a los servicios públicos esenciales. Casi la mitad de los hogares urbanos del país enfrenta hoy mayores dificultades para conectarse a algún servicio básico, como la red de agua corriente, el gas natural o las cloacas.
De acuerdo con el relevamiento, el 90,6% de los hogares accede a la red de agua corriente, mientras que el 65,7% tiene conexión a la red de gas natural y el 73,1% cuenta con desagüe cloacal. Esto implica, por el contrario, que el 9,4% de las viviendas no dispone de agua de red, el 34,3% no tiene gas y el 26,9% carece de conexión a cloacas.
En comparación con los datos de 2022, la cobertura de agua corriente mostró una leve mejora, ya que pasó de 89,6% a 90,6%, mientras que los otros servicios registraron retrocesos. En ese mismo período, la proporción de hogares con gas natural disminuyó 3,5 puntos porcentuales, y el acceso a cloacas pasó de 74% a 73,1%. Las variaciones confirman que, aunque la red de agua mantiene una alta presencia, el resto de los servicios esenciales avanza con mayor lentitud o incluso pierde cobertura.
Si bien el 53,8% de los hogares accede simultáneamente a los tres servicios, es decir, agua, gas y cloacas; el 46,2% restante no cuenta con al menos uno de ellos. Esa porción era del 44,3% tres años atrás.
Esto muestra que cada vez más familias de los centros urbanos enfrentan algún tipo de limitación en su conexión a las redes públicas. Si se analiza por personas, se trata del 48,4% que vive en hogares que no acceden a todos los servicios.
El organismo estadístico explicó, de todas formas, que estos indicadores pueden variar según la región, ya que dependen tanto de la disponibilidad de las redes en cada territorio como de la posibilidad de realizar las conexiones domiciliarias. En muchas zonas urbanas, especialmente en los aglomerados periféricos, la infraestructura existe pero no siempre llega a los hogares por falta de obras de extensión o de recursos para concretar la conexión.
Condiciones críticas de hacinamiento y hogares cercanos a basurales
Además del acceso a los servicios básicos, el relevamiento incluyó variables que permiten evaluar las condiciones en las que viven las familias. Uno de los indicadores analizados es el hacinamiento crítico, que se registra -según el Indec- cuando en una vivienda habitan más de tres personas por cuarto.
En el primer semestre de este año, el 98,2% de los hogares no presentó este tipo de hacinamiento, mientras que el 1,8% sí. Ese porcentaje se traduce en unos 186.000 hogares, en los que viven más de un millón y medio de personas.
Dentro del conjunto de viviendas sin hacinamiento crítico, el 86,1% registra menos de dos personas por cuarto, y el 12% entre dos y tres. Si bien la proporción de hogares hacinados es baja, el indicador revela una situación que impacta en la convivencia y en las posibilidades de estudio o descanso dentro del hogar, sobre todo en los sectores de menores ingresos.
Otra variable que se analiza está vinculada con el entorno socioambiental en el que se encuentran las viviendas. Sobre este punto, el 5,1% de los hogares se encuentra a menos de tres cuadras de un basural, lo que equivale al 5,9% de las personas.
En tanto, el 9% de los hogares -que concentran al 10,7% de la población- vive en zonas consideradas inundables, donde se registraron anegamientos durante el último año.
Así, el 94,9% de los hogares habita en zonas alejadas de basurales y el 91% lo hace en áreas que no sufrieron inundaciones recientes.
Al cruzar esas variables con la de los ingresos, se ve una clara correlación: un 18,6% de las personas indigentes habitan en zonas inundables y un 9,1% de los pobres viven cerca de un basural. En cambio, los “no pobres” tienen ratios más bajos: solo el 4,6% habita cerca de un basural y el 7,4% está ubicado en zonas inundables.
Estas cifras permiten trazar un mapa de las condiciones de vida urbana que combina acceso desigual a los servicios básicos con entornos que, en ciertos casos, presentan riesgos ambientales o sanitarios.

















