En un eventual regreso del argentino, el club español podría encontrarse con un inesperado punto a favor, siempre y cuando el capitán de la selección esté dispuesto a un gesto económico.
La imagen de Lionel Messi en el Camp Nou explotó en minutos. La postal nocturna del capitán de la Selección argentina recorrió el planeta y abrió la puerta a una pregunta que muchos creían enterrada: ¿Leo piensa en volver al Barcelona?. Su propio texto, cargado de nostalgia por la camiseta blaugrana y con un mensaje entre líneas hacia quienes no le permitieron despedirse como él quería, solo avivó el fuego.
La Pulga tiene contrato con el Inter Miami, un vínculo que renovó hasta 2028. Eso lo llevaría a los 41 años al momento de quedar nuevamente libre para decidir su futuro, un escenario que no parece compatible con un regreso competitivo a Europa. Si el sueño culé quiere tomar forma, debería hacerlo antes de la finalización de ese contrato o incluso durante.
Los préstamos exprés, un camino conocido
Entre enero y febrero, muchos futbolistas buscan préstamos de media temporada, como hizo en su momento David Beckham en sus dos pasos temporales del LA Galaxy al Milan. Esa fórmula podría abrirle la puerta a Messi para incorporarse al Barcelona con la temporada avanzada y apuntalar al equipo en la fase decisiva de LaLiga o la Champions.
Pero el caso Messi implica un segundo obstáculo: el control económico de LaLiga. Las restricciones que rigen para todos los clubes españoles fueron, en los últimos años, una auténtica pesadilla para la dirigencia culé, obligada a maniobras milimétricas para inscribir refuerzos como Dani Olmo o Joan García.
Sin embargo, en un eventual regreso del argentino, el Barcelona podría encontrarse con un inesperado punto a favor siempre y cuando Messi esté dispuesto a un gesto económico.
El alivio de la edad
Aunque Messi aceptara cobrar el mínimo, LaLiga suele aplicar un cálculo basado en los sueldos previos del futbolista, ya sea en Europa o en Estados Unidos, para establecer un “costo estimado” que muchas veces termina siendo muy superior al salario real. Ese detalle frustró fichajes que parecían simples.
Pero hay una excepción clave: la regla cambia cuando el jugador tiene más de 36 años. En esos casos, LaLiga no utiliza el promedio de sus sueldos anteriores, sino el salario real pactado con el club.
En el caso de Messi, que actualmente tiene 37, esta condición podría convertirse en la puerta de entrada. Si, por ejemplo, el Barcelona y Messi acordaran un salario reducido, un millón de euros al año, ese sería el único monto que impactaría en el límite salarial.
















