El gobernador se refirió al impacto de las lluvias que afectaron a gran parte de la provincia.
En medio de las inundaciones en Corrientes provocadas por las intensas lluvias de las últimas semanas, el gobernador Juan Pablo Valdés habló sobre la situación climática que atraviesa la provincia. Del mismo modo, puntualizó sobre la planificación de obras en torno a San Luis del Palmar.
San Luis del Palmar, el punto más complejo
Valdés señaló que la situación en San Luis del Palmar es especialmente delicada por las características del sistema hídrico. Explicó que se trata de una cuenca de unas 360 mil hectáreas cuyo único desagüe es el puente sobre el Riachuelo, condicionado además por la presencia de la Ruta Provincial 5.
Durante la charla se resaltó que el problema a causa de la crecida del Riachuelo no es solo la relocalización de las familias que viven en las orillas, ya que el agua también entra a la ciudad. Asimismo, Valdés advirtió que las lluvias intensas se repetirán en los próximos años, por lo que se requiere una solución estructural.
En ese sentido, el gobernador adelantó que el Gobierno provincial avanza en una obra de ingeniería para reducir el volumen de agua que llega a la localidad. El proyecto contempla la perforación de la Ruta Nacional 12 y la construcción de un nuevo desagüadero para aliviar la cuenca que se descarga en el Riachuelo.
“La estrategia es tener menos agua sobre la localidad”, explicó Valdés, quien confirmó que ya cuentan con una autorización de palabra por parte de Nación para avanzar con la iniciativa.
También aclaró que las familias evacuadas deberán permanecer fuera de sus hogares al menos 20 días, debido a la gran cantidad de agua acumulada dentro de la zona urbana.
Límite de las ciudades ante grandes temporales
El gobernador explicó que gran parte de las ciudades correntinas no están preparadas para soportar volúmenes extremos de agua en cortos períodos. “Cuando llueve entre 80 y 100 milímetros comienzan a haber problemas y se activa la alerta”, señaló. En ese sentido, precisó que en la ciudad de Corrientes el protocolo se pone en marcha cuando las precipitaciones superan los 65 milímetros.
Según indicó, aun con planificación y obras, hay límites estructurales difíciles de superar. De esa manera, sostuvo que 640 milímetros en cinco días exceden la capacidad de cualquier sistema urbano de drenaje.
Por esto mismo, comparó la situación con experiencias de otras provincias, como Buenos Aires, donde lluvias de 300 milímetros también generan graves complicaciones.
















