“Y el riesgo de sequía”
Las autoridades siguen de cerca los pronósticos y avanzan en protocolos para garantizar agua potable y anticipar medidas si las condiciones lo requieren.
El país se prepara ante la posibilidad de una nueva sequía con un esquema de monitoreo permanente y coordinación técnica entre los organismos del Estado, en un contexto marcado por los pronósticos de un posible fenómeno de La Niña, que podría generar déficits hídricos, aunque lejos —según las autoridades— de la magnitud registrada entre 2022 y 2023.
El suministro de agua potable vuelve a ocupar un lugar central en la agenda de las autoridades, ante señales meteorológicas que indican la posible llegada del fenómeno de La Niña en los próximos meses. En ese marco, la Administración de las Obras Sanitarias del Estado (OSE) inició un proceso de coordinación con el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), con el objetivo de anticiparse a eventuales escenarios de escasez hídrica y definir protocolos de actuación en caso de que la situación lo requiera.
El presidente de OSE, Pablo Ferreri, confirmó que el organismo mantiene reuniones periódicas con técnicos y autoridades de Inumet para seguir de cerca la evolución de los pronósticos climáticos. “Estamos atentos, alerta y monitoreando la situación día a día”, señaló el jerarca, al subrayar que el trabajo conjunto apunta a contar con información actualizada y confiable para la toma de decisiones.
Según explicó Ferreri, este seguimiento permitirá establecer con anticipación los protocolos necesarios para asegurar el abastecimiento de agua potable de calidad a toda la población. La experiencia reciente de la sequía histórica registrada en 2022 y 2023 marcó un punto de inflexión en la gestión del recurso y dejó cambios en la planificación y la capacidad de respuesta del organismo.
Vigilancia temprana y prevención
No obstante, el titular de OSE buscó llevar tranquilidad al aclarar que el fenómeno que actualmente se observa no se asemeja “ni de cerca” a aquel episodio extremo. Durante la última gran sequía, las autoridades debieron adoptar medidas excepcionales para garantizar el suministro, entre ellas el aumento de la salinidad del agua distribuida en algunas zonas, una situación que generó preocupación social y un amplio debate público.
En este nuevo escenario, la estrategia se apoya en la vigilancia temprana y la preparación preventiva, evitando decisiones apresuradas y priorizando la información técnica. Ferreri remarcó que el seguimiento continuará de forma constante y que se preparan para actuar a tiempo.
De esta manera, el país enfrenta la posibilidad de una nueva sequía atento a las señales del clima. Según las autoridades, lo que se busca es anticiparse sin sobreactuar, aprendiendo de la experiencia reciente. “Seguimos de cerca el tema y se harán los anuncios oportunamente si así lo requiere”, agregó Ferreri.

















